En Temperley primero y en Villa Pueyrredón después, dos casos de parricidio causaron estupor en la comunidad. Hijos que asesinan a sus padres, personas que deciden quitarles la vida a quienes le dieron la propia.
En el barrio San José de la localidad bonaerense de Temperley, una mujer de 38 años y su pareja fueron detenidos el pasado jueves 16 por estar sospechados de haber asesinado al padre de la joven, Oscar Coronel, de 74 años, y haberlo enterrado en el fondo de su casa.
Según detalló el canal de noticias C5N, Oscar Rubén Coronel, de 74 años, estaba desaparecido desde hacía unos 15 días, cosa que despertó la atención de los vecinos, que decidieron hacer la denuncia en la comisaría, afirmando que tampoco habían visto a la hija de Coronel, a su novio, que vivía con ella, y a la esposa de la víctima, una mujer con problemas de insanía mental.
Tras la investigación policial, el fiscal de la causa ordenó el allanamiento de la casa. Grande fue la sorpresa de los efectivos al hallar un montículo de tierra en el fondo de la vivienda, donde yacía el cuerpo sin vida del hombre de 74 años. “La víctima presentaba golpes en la cabeza”, precisaron fuentes de la investigación. A partir de ese descubrimiento, la investigación se centró en la hija de la víctima y en su pareja. “Los vecinos aseguraron que la mujer y su pareja maltrataban al anciano”, añadieron los informantes. El plan macabro también incluiría internar en un psiquiátrico a la esposa de la víctima para quedarse con la vivienda.
Cinco días después del inicio de la investigación, y tras diez días de haberse ausentado de la vivienda, la hija de la víctima regresó a la casa, donde fue detenida. Algunos vecinos afirmaron que su pareja la esperaba en una moto a pocos metros, pero al ver el accionar policial escapó y ahora es intensamente buscado.
“Nos pegó mi hija”
En otro episodio de violencia extrema, una mujer de 49 años con problemas psiquiátricos fue detenida acusada de haber asesinado a su madre a palazos y herido a su padre.
El hecho ocurrió en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, el pasado martes 14 de julio, cuando la ahora detenida, Patricia Benozzi, se encontraba junto a sus padres en su departamento del edificio ubicado en Avenida De Los Constituyentes 4290.
Por razones que los investigadores aún no determinaron, la mujer atacó a golpes a sus progenitores, llamados Orlando Benozzi, de 87 años, y Patricia Elsa Moreno, de 83. Efectivos de la comisaría 47ma. llegaron al lugar cerca de la medianoche convocados por personal del SAME, quienes pidieron ayuda por encontrarse en el lugar con una “persona agresiva”.
Según dijeron los voceros, al ingresar a la vivienda la médica de la ambulancia les informó que encontró a Moreno tendida en la cama ya fallecida y con gran cantidad de marcas de golpes en el cuerpo, el rostro y la cabeza, algunos recientes y otros de vieja data.
Los policías entrevistaron al marido de la víctima, quien a su vez presentaba golpes y signos de haber sufrido una fractura de cadera. “Nos pegó mi hija Patricia”, aseguró Benozzi a los efectivos con dificultades para hablar por el shock de la situación, tras lo cual señaló a su hija, presente en el lugar.
Los investigadores corroboraron que la presunta atacante, con problemas psiquiátricos, tenía excoriaciones en los brazos consistentes con marcas de defensa.
De acuerdo con el relato de las fuentes, no se trataba de la primera vez que los agentes acudían al domicilio por un hecho de esas características, ya que el último 27 de junio Orlando presentó una denuncia por “lesiones”, aunque en esa oportunidad no señaló a su hija como autora de la agresión. Patricia Benozzi quedó detenida y acusada por el “homicidio agravado” de su madre.
Horror en México
Anastasia Lechtchenko, una joven mexicana de origen ruso, confesó haber asesinado a su madre y a su hermana argumentando que la habían embrujado.
El pasado 10 de junio, autoridades mexicanas hallaron los cuerpos de dos mujeres en una casa del barrio de clase media Playas de Tijuana, luego de que los vecinos los alertaron sobre el mal olor que se sentía en el lugar. Al ingresar a la casa, encontraron los cuerpos de Yulya Masney Safonchik, de 42 años de edad y Valeria Lechchenko Masney, de 12 años de edad, desmembrados.
Una de las amigas de la autora de los crímenes aseguró en el juzgado que Anastasia “planeaba incinerar los cadáveres desmembrados de su madre y hermana, y conseguir una pistola para asesinar a su padre, Igor, y luego suicidarse”.
En su declaración ante la justicia, Anastasia confesó: “Primero degollé a mi mamá y le corté los huesos y las piernas, luego hice lo mismo con mi hermanita”.
El origen del odio
Ante tanta violencia injustificada, muchos se preguntan qué es lo que la provoca. En el primer caso, la codicia habría sido el disparador del crimen. La mujer detenida y su pareja habrían buscado deshacerse de la pareja de ancianos para quedarse con la casa en la que vivían. Ya en el segundo caso, es probable que el desorden psiquiátrico que sufre la hija del matrimonio haya sido el causante de la tragedia. Al hablar de Anastasia, todavía no han quedado claros los verdaderos motivos por los que la joven mexicana decidió matar a su madre y hermana.
Los Diez Mandamientos son considerados un conjunto de principios éticos en la relación de los hombres entre sí y con Dios. En ellos podemos encontrar una serie de preceptos que incluyen uno muy especial: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da.”, (Éxodo 20:12). Es el primer mandamiento que incluye una promesa, si uno obedece, Dios promete extender nuestros días de vida.
Cristiane Cardoso, autora y conferencista, explica en su blog: “¿Qué es honrar a los padres? Es llevar una vida que los enorgullezca, aunque esa no sea la vida que ellos han planeado para usted. Ese mandamiento es tan importante que está directamente ligado al tiempo de vida que tenemos… Quien honra a los padres, honra a Dios, y quien honra a Dios, será honrado por Él.”.
El hijo que se esfuerza por enorgullecer a sus padres, sin cumplir necesariamente con los mandatos familiares, estará honrándolos y, en consecuencia, tendrá una vida más larga y plena.
“Iba a matar a mi papá”
Ismael Vizgarra logró perdonar a su padre, superó la depresión y tuvo nuevas ganas de vivir luego de aprender a usar su fe en la FJU. Hoy ve todo con nuevos ojos porque Dios cambió su interior.
“Crecí con bronca hacia mi padre porque cuando era chico, él engañaba a mi madre trayendo a una mujer a mi casa, todo pasaba delante de mis ojos, eso me traumó. Recuerdo que durante años no pude ver a una persona feliz por el odio que fue creciendo en mi corazón. Al tiempo me incliné a los vicios, alcohol y cigarrillos.
Sufría debido al insomnio, la depresión, quería quitarme la vida y llegué a jurar que cuando cumpliese 18 años iba a matar a mi papá.
En esos momentos me acerqué a la Universal a través de una invitación de mi mamá y conocí la FJU. Participando de las reuniones logré liberarme de todo y perdonar. Me entregué a Dios y al tiempo recibí el Espíritu Santo. Ahora tengo una nueva vida y soy muy feliz. No tengo odio ni resentimientos y tampoco necesito de los vicios para sentirme mejor porque encontré algo que transformó mi vida por completo”.
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