Recientemente, una revista de comportamiento publicó una nota de tapa con el siguiente título: “Prueba antes de casarse”. El objetivo del reportaje era contar las ventajas de que una pareja viva juntas antes de oficializar la unión y promovía esa actitud. Pero ¿será que juntar los cepillos de dientes sin casarse es una buena opción? El equipo habló con una pareja que vivía en concubinato para saber si esa es la mejor elección para mantener la relación.
Antes es necesario entender cuáles son las diferencias entre el concubinato y el matrimonio civil. Según Fernanda Besagio Ruiz Ramos, de 33 años, abogada especialista en derecho público, “el concubinato es la relación de convivencia entre dos personas, y el matrimonio civil es un contrato entre el Estado y dos personas que firman la unión con el objetivo de constituir una familia”.
Según autoridades del Instituto Nacional de Estadística y Censos, de Argentina, el porcentaje de parejas en concubinato pasó de representar el 7% en 1960 al 18% en 1990 y, al 27% en 2001.
En la ciudad de Buenos Aires, las parejas sin papeles ya representan más de la cuarta parte del total de las uniones entre hombres y mujeres.
Denise Moreno, psicóloga especialista en familias, dice que, debido a tantas investigaciones que indican factores negativos, muchas personas tienen miedo de “subir al altar”. “Ya atendí a pacientes que viven en una unión estable y todos se sienten inseguros en relación a la pareja. A veces, la pareja ni usa una alianza porque no quiere mostrar que tiene una relación seria”, explica.
La peluquera Ángela Aparecida Oliveira Pereira Santos, de 30 años, y el técnico de mantenimiento Wanderson Clayton de Souza Santos, de 31 años, intentaron vivir bajo el mismo techo sin tener un compromiso oficializado, ya que ella tenía pavor del matrimonio.
“Cuando nosotros nos conocimos, yo tenía 18 años y él 19. Poco tiempo después del noviazgo, decidimos dormir juntos todos los días. Pero yo no quería casarme, me asustaba mucho depender afectivamente de alguien y tenía temor de que me abandone”, cuenta Ángela.
Wanderson afirma que hoy reconoce que la unión estable fue una pésima elección para ambos. “Yo no me sentía comprometido ni casado y algunos años después nos separamos. Recuerdo que en ese momento le comente a mi hermana que me tendría que haber casado, así no nos habríamos separado de aquella forma, habríamos luchado”, recuerda.
Once años después, ambos comenzaron a invertir en la vida espiritual y, por medio de la lectura en la Biblia entendieron la importancia del matrimonio. “Entendí que Dios estableció el matrimonio para que los hombres formen una alianza, viendo el cumplimiento de Sus planes, y el fortalecimiento de la familia. Hace cuatro meses oficializamos la unión civil”, se enorgullece la peluquera.
Ella termina diciendo que “lo mejor de todo es que no tengo más la necesidad de tartamudear cuando me pregunta si estoy casada o no (risas). Me siento más segura y al lado de un hombre de verdad. Sé que hoy tengo una relación por toda la vida. Entonces doy lo mejor para que salga bien”, afirma.
Su marido opina que vivir sin casarse es iluso porque genera una relación sin compromiso y sin complicidad. “Hoy tenemos dos hijas pequeñas y puedo decir que ellas tienen un ejemplo sólido, que es el éxito del matrimonio de los padres. Maduramos, somos unidos y muy felices”, concluye.
¿Concubinato o unión inestable?
Los conferencistas y conductores Renato y Cristiane Cardoso explican la necesidad de oficializar la unión. “Muchas personas que tan solo viven juntas hasta se aman, pero no tienen una relación equilibrada, porque en cualquier momento uno puede salir de la unión, dejar a la otra persona, no existe un compromiso oficial” dice Cristiane.
Renato cita que el concubinato no es la alternativa más indicada. “Nosotros no aconsejamos esa opción como la mejor para las parejas. Si el deseo es formar una familia, ¿Por qué no casarse? Pregunta.
Él también rechaza la posición de los medios y de la sociedad en referencia a la tesis “prueba antes de casarse” (el famoso “vamos a vivir juntos para ver si sale bien”). Para él, “existe una promoción enorme para que las parejas vivan juntos antes del matrimonio, a pesar de los incontables estudios que apuntan al mayor índice de fracaso en este tipo de relación”.
Por eso, no se una a la onda de la sociedad ni a lo que la mayoría dice que es lo correcto. En los días de hoy, intentan hacernos creer que la falta de compromiso es la mejor opción, cuando, en verdad, solo es un camino más corto para la tristeza y para la soledad. No todos los conceptos difundidos por la modernidad deben seguirse. Muchas veces los valores considerados anticuados son los que proporcionan la verdadera felicidad.
¿Cuál es la diferencia entre el concubinato y el matrimonio en el civil?
El matrimonio es formalizado por medio de una celebración hecha por un Juez de Paz. Y se emite un certificado de matrimonio.
Las dos personas pasan a vivir juntas y forman una familia. Las personas pueden incluso hacer un acto del concubinato, pero es una elección de la pareja.
Una de las personas o tal vez las dos pueden estar aún casada en el civil con otras personas, estando tan solo separados de cuerpos y, aún así, establecer un concubinato con otras.
¿Cómo casarse en la Universal?
Si la pareja quiere casarse en la Universal, deben convertir el documento de concubinato en matrimonio civil.
En el caso de que tengan dudas, los novios pueden dirigirse a la Universal más cercana a su hogar y pedir más información.
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