Cómo saber si su vida amorosa está hecha un desastre:
– Usted va por el tercero o cuarto matrimonio y los problemas se repiten.
– Su compañero suele traicionarla o mentirle frecuentemente y usted lo acepta.
– Los celos dominan su corazón y le hacen tener conductas impulsivas.
– No hay más respeto en su relación.
– Los familiares están por encima de su marido o mujer.
– Si usted está soltero, no logra una relación duradera.
Hay muchas situaciones que definen un desorden amoroso. La cuestión es que cuando hay problemas en el amor, todas las demás áreas de la vida sufren las consecuencias.
La persona empieza a tener complicaciones en todo, llega tarde, se olvida de las cosas, no logra concentrarse en su trabajo… Muchas veces, ante tantos problemas, parece que existe una única solución: renunciar a tener una relación feliz.
Pero infelizmente esa es la peor salida, porque tapar el problema puede empeorarlo. Por eso, en la Terapia del Amor usted aprende cómo reorganizar su vida amorosa y descubre qué es lo que realmente funciona a la hora de resolver las dificultades que aparecen en una relación.
Lo esperamos los jueves a las 10, 16 y 20 h en Av. Corrientes 4070.
Cerraron las heridas del pasado
Dicen que toda historia tiene un final feliz, pero antes de llegar a ese desenlace, Franco y Mayra tuvieron que aprender a amar.
Mayra no tenía un ejemplo a seguir en el aspecto sentimental. En su hogar había peleas y discusiones, y eso la llevaba a buscar su felicidad fuera de casa. “Trataba de ser feliz con otras personas, buscaba la felicidad que no podía tener en mi hogar porque no tenía un ejemplo de familia a seguir”, cuenta.
Esa búsqueda desenfrenada la llevó a cometer muchos errores, que solamente la alejaban más de la tan anhelada felicidad. “A pesar de salir con muchos chicos, me sentía sola. Llegué a entablar una relación con una persona casada, mi vida sentimental era un desastre”, confiesa Mayra, que no sabía lo que era el amor inteligente.
La realidad de Franco era completamente diferente a la de Mayra. Él sí tenía una familia unida, un buen ejemplo a seguir, pero sus problemas pasaban por otro lado. “Mis padres siempre fueron un ejemplo de matrimonio, nunca los vi pelear, pero, sin saber por qué, yo odiaba a mi mamá. Ella nunca me dio motivos para hacerlo, pero yo la odiaba”, cuenta. Ese odio se trasladó a las chicas con las que él salía. “Lastimaba a las mujeres, no me interesaba que estén bien, simplemente me importaba mi bienestar. Si ellas sufrían no me provocaba nada, buscaba tener pareja solamente para lastimarlas, así era feliz”, afirma.
El final feliz para esta pareja llegó gracias a las charlas de la Terapia del Amor. Mayra empezó a participar y al poco tiempo conoció a Franco y le dijo que tenía que acompañarla a la Terapia del Amor para que juntos pudieran aprender cómo tener una relación sana que los hiciera felices a ambos. “Los dos teníamos heridas abiertas y logramos cerrarlas en la Terapia. Aprendimos a priorizarnos y hoy somos felices”, concluyen juntos.
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