«Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en Ti me refugio.» Salmos 25:20
Estamos viviendo días, meses y años de inestabilidad social, económica, política, climática, como nunca. Debido a eso, las personas están tensas, buscando algo, a alguien, o algún lugar, para sentirse seguras. Y los efectos de esta inseguridad han sido el nerviosismo, la ansiedad, la bronca.
– Sin embargo, cuando valoramos y cuidamos lo más importante, que es nuestra alma, decimos como está escrito en este versículo:
«Guarda mi alma y líbrame…». Salmos 25:20
– Dios es el Único que puede guardar y librar nuestra alma de los peligros espirituales y físicos. Pero la condición es que hagamos de Él nuestro refugio.
– De esta manera, no seremos avergonzados, porque nuestros enemigos, los espíritus malignos y las personas malintencionadas, no podrán tocarnos ni destruirnos.
– El Señor Jesús vivió la peor situación que un ser humano puede experimentar en esta vida al ser apresado injustamente, juzgado y condenado en nuestro lugar. Él nos enseña acerca de esta necesidad:
«Y les Dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad.» Marcos 14:34
– La pregunta que debemos hacernos es:
¿Les hemos prestado atención a los malos y a los males más que a nuestra alma y que a Dios, que la guarda y la libra?
Cada uno debe contestarse esta pregunta a sí mismo.
Deje aquí su comentario, seguramente ayudará a otros.
¡Nunca más a oscuras!
¡Y que los que ya somos bautizados con el Espíritu Santo seamos usados como nunca antes!
Obispo Júlio Freitas