¡Buen día, obispo!
Me llamo Verônica, soy de Vicente de Carvalho, Guarujá – SP. Tengo un hijo que es especial, tiene un grado de autismo y es muy inteligente. Él va a la Iglesia conmigo desde que estaba en el vientre, ahora tiene 17 años, pero siempre cuestionó las cosas de Dios, culpando a Dios por todo lo que sucedía. Él me decía: “¿Ves, mamá? ¿Por qué Dios no ayuda a las personas?
El martes 26 por la mañana, estaba algo nervioso y comenzó a cuestionar las cosas de Dios. Entonces, encendí la computadora y puse para que mirara el último capítulo de la novela Apocalipsis, lo dejé viéndolo solo y fui a hacer las tareas de la casa.
Pasado un tiempo, oí un ruido como de lloro y fui a ver qué estaba sucediendo. Para mi sorpresa, me encontré con mi hijo en llantos, llorando como nunca lo había visto antes, y me dijo: “Mamá, ¡dije cosas horribles sobre Dios! No sabía como Él era de verdad, ¿Él me perdonará?” Yo le dije: “Sí, hijo, Dios te ama y quiere darte la Salvación, solo debes pedirle perdón y entregarte a Él”.
Entonces, obispo, mi hijo entró al baño y, llorando, oró a Dios como nunca.
Obispo, no sé explicarlo, pero pienso que tuvo un encuentro con Dios, y sé que hoy hubo Salvación en esta casa, y ya veo el cambio en él.