Si en el mundo del anonimato hay una gran tendencia a poner el propio ego por encima de todo, en el mundo de las celebridades (verdaderas y falsas) es aún más tentador, si Dios no estuviera en sus vidas. Felizmente, muchos jóvenes atletas nadaron contra esa marea.
A los 22 años, la norteamericana Sydney McLaughlin rompió su propio récord al registrar un tiempo de 50,68 segundos en los 400 metros vallas en el Campeonato Mundial de Atletismo, en Eugene, Oregón, Estados Unidos, a fines de julio de este año. En una entrevista a la emisora NBC Sports, ella sorprendió inmediatamente al decir: «Tengo que comenzar diciendo que toda la gloria es para Dios».
Sydney contó en la entrevista que días antes, mientras entrenaba para la carrera, un versículo no salía de su mente: «Acerquémonos, pues, confiadamente al Trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro», Hebreos 4:16. «Creo que fue Dios el que realmente me dio fuerzas para hacer lo que hice hoy. Por eso, toda la gloria es para Él. Los últimos 100 metros fueron muy difíciles, pero estoy muy agradecida por esto y por traer una medalla al equipo de Estados Unidos», dijo, al poner a Dios por encima de sí misma en el podio.
La atleta le reveló a CBN News que hace su parte al entrenar y que se queda tranquila porque sabe que el Altísimo está con ella. Ganó el oro olímpico en 2020, en Tokio, en los 400 metros vallas femenino. En su perfil de Instagram está escrito, «Jesús es el Señor». Sydney se casó en mayo de este año con otro atleta cristiano, el exjugador de fútbol norteamericano Andre Levrone Jr., de 26 años, y en la ceremonia también priorizó al Señor Jesús. En el perfil de Instagram de Andre, están sus deseos matrimoniales: «Que el éxito de nuestro matrimonio no sea medido por la fama, fortuna o celebridad, sino por la sumisión del uno al otro, una unidad basada en lo sobrenatural y en la búsqueda de la reconciliación con los demás».
En los zapatos personalizados que Andre usó en la ceremonia estaba bordado el versículo de 1 Juan 4:19, «Nosotros Le amamos a Él, porque Él nos amó primero». En una entrevista después del casamiento, la pareja reveló que un fuerte factor de atracción fue descubrir la fe del otro cuando se conocieron.
Primero viene la fe
Otro joven atleta que llama la atención por su fidelidad a Dios es el jugador de fútbol norteamericano Derek Carr, de 31 años, del equipo de Las Vegas Raiders. Él reveló en una entrevista al podcast The Hight Note que creció en un hogar cristiano y que sus padres hicieron un trato con él cuando ya jugaba. Si un entrenamiento o juego coincidía con el horario de culto, no jugaría y priorizaría la iglesia. El hijo obedeció y faltar a algunos entrenamientos y juegos no le impidió que hoy forme parte de la famosa liga profesional de su deporte, la NFL.
Derek está casado con Heather, y es padre de cuatro hijos, dijo que sigue la fe de su familia con respeto y obediencia, pero su fe despertó aún más gracias a la influencia de su pastor en la época de facultad, con el que aún mantiene contacto, quien le dio un consejo decisivo: aplicar la fe incluso en los momentos simples y cotidianos de su vida.
El alumno siguió el consejo del maestro. Este año, mientras tomaba café en una de las tiendas en un campeonato de golf del que era espectador, vio a una mujer rengueando y el Espíritu Santo le dijo que orara por ella. Aun sin entender, se le acercó, le contó sobre una cura reciente que tuvo su madre a través de la fe y le preguntó si podía orar por ella. Ella aceptó. Carr no sabía que la mujer era fotógrafa y que debía caminar durante todo el día para registrar el evento.
Al día siguiente, según Derek, la fotógrafa le agradeció y le dijo que caminó durante tres horas y media sacando fotos sin dificultad, porque el dolor simplemente desapareció. «Yo pensé: “Alabado sea Dios”. A pesar de habernos divertido mirando el campeonato, esa fue la verdadera victoria ese fin de semana», aseguró.
El jugador dijo en el podcast que el Señor Jesús puede salvar a alguien «incluso en una cafetería de San Francisco», si esa es Su voluntad, y que ser usado para eso es algo natural según él. Además, destacó que la fe es una expresión externa de lo que cree.
Prioridad mutua
En un viaje misionero al país de estos tres jóvenes atletas, Estados Unidos, el obispo Edir Macedo citó el versículo: «… Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente…», Lucas 10:27, y explicó: «Esto no se refiere a la iglesia o a la religión, sino al matrimonio, a la Alianza con Dios. Lo que debe suceder en su vida es su casamiento con Dios». Además, el obispo dijo que, si ustedes son prioridades mutuas uno con el otro, no habrá miedo que lo consuma o mal que lo venza.
Sydney, Andre y Derek, más que vencedores y felices en sus vidas personales, son pruebas vivas y contundentes de algo que el obispo mencionó: «Si Dios ha sido el primero en su vida, entonces su vida es maravillosa, tiene que ser maravillosa y bendita. Usted no tiene problemas económicos, no tiene problemas en su casa, con su familia. Y, como Dios es el primero en su vida, Él hará de usted lo primero».
Acérquese a la reunión del Congreso para el Progreso, una conferencia motivacional que se realiza en todas las Universal del país. Los lunes, a las 8 h, 10 h, 16 h y 20 h.
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