Ana María Saravia: “Yo tenía reuma, alergia sangrante, problemas en el estómago, presión ocular y cáncer de mama. Eran enfermedades sin cura, que hay que tratarlas toda la vida.
El cáncer de mama lo descubrieron cuando me fui a hacer estudios rutinarios y era de nivel 5. Tenía varios tumores como granos de arroz. La enfermedad en la vista era hereditaria, debía ponerme gotas de por vida, porque tenía glaucoma.
Ahora estoy sanada completamente. Vivo en Santiago del Estero y vengo a hacerme los estudios, me hice una mamografía, una ecografía, no tengo absolutamente nada. La doctora se quedó con la boca abierta no lo podía creer.
En cuanto al reuma, me ponía aceite, oraba y cuando me fui a hacer el estudio, la doctora dijo: ‘está mal el análisis, hágaselo de vuelta’, me lo hice y salió bien, como la primera vez. Dios me curó de cáncer, de glaucoma y de reuma.
No podía tomar sol por las alergias, se me hacía sarpullido. La ropa se quedaba pegada y al otro día mi sangre se derramaba en el cuello, me despertaba gritando por el dolor. Después, me quedaban las marcas, era demasiado sufrimiento. Después de perseverar y obedecer Su palabra, gracias a Dios estoy sana”.
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