Muchos especialistas afirman que la forma más segura de viajar es por el aire. Pero no siempre las cosas salen bien y muchos accidentes de aviones son fatales. Un caso que marcó a la población norteamericana fue el del vuelo 232 de United Airlines, el 19 de julio de 1989. La aeronave salió de Denver, en Colorado, con destino a Chicago, en Illinois, pero luego de que el motor sufrió una falla catastrófica, el avión cayó en Sioux City, en el estado de Iowa.
En medio de los pasajeros estaba Helen Young Hayes. Ella fue una de las personas que sobrevivieron a la caída y afirmó, en una entrevista al sitio CBN News, que está viva gracias al poder de la oración. Cuando oyó el anuncio del piloto sobre el aviso de emergencia y la gravedad de la situación, ella relata que “lo primero que me vino en mente fueron las manos de los pilotos. Cerré mis ojos y solo oré por ellos, pidiéndole al Señor que les dé sabiduría y les muestre qué hacer. Yo creo que mi oración fue atendida en aquel día.”
Incluso confiada en su fe, Hayes pasó por momentos de terror. “Miré para arriba y me vi rodeada de llamas. En aquel momento, por primera vez, me dio miedo”, continuó. “Pensé: “Mi Dios, no dejes que me queme”. Las llamas pasaron y, de repente, estábamos haciendo piruetas, hasta que todo paró. Todo lo que oía era el sonido de los estallidos de las llamas”.
Pero, incluso inestable, el avión logró llegar a la pista. Y mientras no esperaban ningún sobreviviente, 185 personas salieron vivas de la situación. “Mire a la muerte a los ojos y me sentí al borde de la eternidad. Yo creo que no tenemos que temer a la muerte, porque sé que esta vida solo va a inaugurar la próxima vida… La vida real”, concluye Heyes.
Fe y confianza
Con el relato de Helen Young Hayes, podemos ver que una persona en espíritu de oración puede cambiar el curso de situaciones, aparentemente, imposibles de solucionar. Cuando hablamos con Dios con fe y permanecemos confiando en la respuesta, Él atiende cualquier clamor.
El obispo Renato Cardoso comenta sobre el tema en su blog basado en un personaje de la Biblia (Salmos 141:1,2) que registra una oración del Rey David. “El salmista David oró estas palabras cuando estaba siendo perseguido por el Rey Saúl, que quería matarlo. No había qué hacer. El rey y todas sus tropas pretendían cazar a David como un león detrás de su presa. David se escondía en cavernas y suplicaba por la protección y el libramiento de Dios – la ayuda de lo Alto. Si usted está en un punto en su vida en el que no hay nada que hacer, es hora de hacer lo que hizo David: clamar a Dios con fe”, enseña.
“Allí donde usted está, o en el cuarto más cercano, usted puede derramar sus miedos, ansiedades y dudas delante de Dios. ¡Haga su pedido, con fe. ¡Así como Dios atendió a David, también lo atenderá!”, concluye.
Venga a la reunión del Encuentro con Dios que se realiza todos los domingos a las 7, 18 y principalmente a las 9:30h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro. Para aprender más sobre el poder de la fe y de la oración. Ingrese aquí para conocer la dirección de la Universal más cercana a usted.
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