Yonathan Ojeda y Ludmila González, no se resignaron a vivir pasando necesidades. Ellos decidieron que era momento de hacer algo que parecía una locura:
“Durante una Campaña de Israel, mi esposa y yo hicimos un desafío. Queríamos una vida plena en todas las áreas. Decidimos quedarnos en la dependencia de Dios.
Ludmila también estaba dispuesta a dejar atrás la vida que llevaban: “La Campaña fue una oportunidad. Nos quedamos sin nada, no teníamos colchón, pero valió la pena”.
Después de sacrificar, el cambio fue notable. Ellos comenzaron a proyectar sus sueños: “Las cosas no cayeron del cielo. Se generaron oportunidades y Dios me dio sabiduría. Las puertas se abrieron de forma sorprendente. Pudimos comprar un auto importado. Me puse a trabajar, abrimos un primer negocio, compramos el segundo y el tercero. Son restaurantes. Adquirimos uno que tiene 45 empleados. Llegamos a tener cinco negocios. Este año salimos de viaje diez veces. Ahora sí que tenemos una vida confortable”, asegura él.
A pesar de todo lo que lograron, reconocen lo más importante: “Tenemos un matrimonio bendecido, estamos sanos y en paz. Él nos dio una vida completa en todas las áreas. El Señor me muestra claramente qué es lo que debo hacer. La única forma de conquistar es probarlo y para eso, es necesario tener coraje para hacer lo que manda. Mi familia está sorprendida, al vernos saben que somos de Dios”, agrega Yonathan.
Ella también reconoce que el voto con Dios, asegura la respuesta: “Para nosotros, cada Hoguera Santa es una nueva oportunidad”.
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