¡Buen día, obispo!
Ayer fue una noche increíble. Orando a Dios, ¡Él me reveló algo con lo que quedé maravillada!
Cuando Elías subió a aquel Monte, no era nadie, las personas no creían en su Dios, ni siquiera en Elías o en lo que él podía hacer.
Sin embargo, cuando descendió de aquel Monte, Elías fue visto de otra forma. ¡El Dios de Elías fue visto por todo el pueblo!
Elías subió al Monte como nada, pero descendió con todo.
Prueba de eso fue la respuesta de Eliseo. Al ser interrogado sobre lo que quería, él pidió la doble porción del Espíritu de Elías.
¡Y es eso lo que Dios quiere hacer en mi vida (y en la vida de todos los que suban al Monte)!
Yo voy a subir al Monte (Altar) como nada, pero voy a descender de allí con todo, con la doble porción del Espíritu de Dios.