El Templo de los Milagros está siendo bendecido a través de la Palabra de Dios durante este Ayuno de Daniel.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. Juan 6:51
Todo lo que Dios envía desde el cielo es vivo, y el que come de Sus enseñanzas recibe vida, es decir, armonía, unión, salud, etc.
¡Participar de la Santa Cena es confirmar un pacto con Dios para siempre, sin importar los problemas que tengamos!
Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. 2 Corintios 3:18
¡Dios no quiere que seamos hipócritas; ese es el único grupo que ya está condenado, porque conocen la Palabra, pero no la obedecen!
¡Una cosa es sinceridad y otra religiosidad. Dios mira a los sinceros, y no puede perdonar a los religiosos!
¡Cuando estamos a solas y en oscuridad, revelamos si nuestro verdadero nivel espiritual es alto, medio o bajo!
¡Hay personas que buscan las bendiciones para ser vistas y reconocidas, pero no para servir verdaderamente a Dios!
¡Siempre hay cuatro ojos sobre nosotros: los de Dios para probarnos, y los del diablo para tentarnos!
Tenemos que reflejarnos en la Palabra, porque ella nos transforma para bien. ¡La mayor gloria de Dios es habitar en nuestro interior.
Si miramos con malos ojos, nuestro cuerpo se llena de tinieblas. ¡No debemos ser resistentes al fuego del Espíritu Santo!