Obispo, tengo una duda. Mi esposo y yo vamos a la iglesia, pero no entiendo lo que pasa, porque cuando converso con él me dice que solamente él es bendecido y que solamente él tiene a Dios. No sé lo que sucede. La bendición viene pero él insiste que solo llega a él. Cuando yo voy a hacer un voto, él dice que no es necesario que lo haga porque él es la cabeza y quien tiene que hacer los propósitos por la familia. Por favor, oriénteme.
Respuesta:
Usted y su marido están preocupados en los votos y en las bendiciones recibidas, pero la bendición principal, que es el nuevo nacimiento, aún no sucedió en la vida de su matrimonio razón por la cual no han logrado entenderse.
Amiga, deje de preocuparse por la falta de humildad y las frivolidades de su esposo. Usted afirma que la bendición ha llegado, ¿no es verdad?. Queda claro que Dios, como siempre ha cumplido con su parte. Ahora, ustedes deben preocuparse mucho más en tener el Bendecidor dentro suyo, recibir el Espíritu Santo porque sin Él, todo lo que conquistaron hasta ahora está sin sostén.
Respecto a los votos que realiza, es algo muy personal. Usted misma puede generar sus sacrificios, si así lo desea, sin depender de la opinión ni de la ayuda de nadie. En cuanto a la sumisión de la mujer hacia el marido, debe ser en el amor, la sumisión no debe estar por encima de la que ambos deben tener hacia Dios y Su Santa Palabra.
Por ese motivo y debido a la circunstancia que atraviesan, aconsejo que usted participe de la cadena de liberación por su marido y busque ardientemente el Espíritu Santo, para que tenga un encuentro real y verdadero con el Señor Jesús. Cuando eso suceda, el propio Espíritu Santo va a darle la dirección y su vida será otra, será completamente diferente.
Dios la bendiga.