Cuando usted se lastima una parte del cuerpo, pasa a cuidarla y comienza a tomar actitudes para protegerla. Por ejemplo, cuando tiene una uña encarnada se comporta de un modo defensivo pues tiene algo que proteger. Usa un calzado más grande, camina con más cuidado, usa sandalias y se cuida para que nada toque su herida.
Muchas personas están heridas, por eso protegen su corazón. Se cierran al amor y se convierten en personas frías, y dicen: “no voy a dejar que nadie me lastime.”
Es exactamente entonces cuando terminan perdiendo, pues las oportunidades pasan y se desperdician.
Hay personas que piensan así: “Fui engañada, no quiero saber más nada con nadie. Jugaron con mis sentimientos. Robaron mi confianza. Saquearon mi corazón”. Muchas actúan así y renuncian a la felicidad.
Sin embargo, hay personas que pasan por experiencias parecidas en otros aspectos de la vida y reaccionan de una manera completamente diferente.
Por ejemplo, quien sale del trabajo o del banco después de recibir su salario y sufre la desgracia de ser asaltado, lo siente, le duele y lo sufre, pero no renuncia al trabajo. En cambio, busca reparar el daño causado. No dice, “no voy a trabajar más, ¡me van a robar de nuevo!”. Por lo contrario, trabaja aún más. O sea, no desiste de luchar por su vida económica.
Sin embargo, muchas personas no logran reaccionar de la misma forma en la vida amorosa y terminan cerrándose y volviéndose frías con respecto a la felicidad. Nadie hace en relación al dinero lo que hace con el amor.
¿Cuál es la consecuencia de ese comportamiento? Nunca llegan a ser felices.
Pero cuidado, según explicó el obispo Macedo, “el amor no tiene nada que ver con el sentimiento. Tiene que ver con la fe”. Además, el obispo hace hincapié en la importancia de la palabra y del compromiso mutuo en la relación. Es primordial enfocarse en el carácter del otro, para que puedan dar pasos seguros en la relación.
En la Terapia del Amor podrá curar las heridas del corazón que le han impedido ser feliz en la vida sentimental.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
De los celos a una relación saludable
Romina Amarilla hoy disfruta de una nueva vida junto a su pareja, ella aprendió a dar y recibir amor y construyeron una relación sólida. La fe hizo posible que no terminara una bella historia de amor.
“Con 25 años de edad quería morir porque no era feliz. Como mujer era insegura, depresiva y muy celosa. Convivía con quien hoy es mi esposo y nuestra vida era muy triste. Estábamos juntos, pero a la vez separados. Por mi parte había mucho odio hacia él, también reinaba el enfriamiento entre los dos.
Recuerdo que por mis celos nos peleábamos frecuentemente, yo estaba enferma y medicada, ya no tenía ganas de nada. Pensaba que mi vida nunca iba a cambiar.
No comía porque me veía gorda y fea, eran muchas mis inseguridades como mujer. En sí, toda mi vida estaba destruida, pero cuando comencé a participar de las reuniones, las cosas cambiaron en mí y entre nosotros. Hoy mi vida es completamente diferente. Fui sanada y mi matrimonio fue restaurado. No hay nada de lo que había en el pasado, puedo decir que somos felices de verdad”.
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