El obispo Renato Cardoso en su libro Matrimonio Blindado señala: “Hay justificación para herir a su cónyuge, ya sea física, o emocionalmente.
Piense que, si herimos a nuestro jefe, probablemente nos quedemos sin trabajo. Es por eso que aprendemos a administrar la rabia para evitar una situación desagradable. Lo mismo debe hacer con la persona amada. No es excusa que tenga poca paciencia, pues el verdadero amor no lastima. Las parejas felices adoptan un patrón elevado de tratamiento el uno con el otro. Se rehúsan a aceptar un comportamiento dañino. Cuanto menor es la tolerancia al mal comportamiento en una relación, más feliz será la pareja con el paso del tiempo. Muchas parejas piden perdón después de herir al otro, pero eso no sirve. No siempre debe decir lo que siente. Las emociones nos hacen pensar en disparates.
Muchas veces lo que siente no es lo que verdaderamente piensa. Si exterioriza algo llevado por el impulso, causará un daño del cual el cónyuge puede no curarse.
Cuando sus emociones fluyan y quiera explotar con la otra persona, recuerde esta frase ‘El amor nunca hiere’”.
“La mentira casi destruye nuestro matrimonio”
Javier y Andrea: “Nuestros problemas iniciaron cuando le empecé a ocultar que tenía mal de Parkinson. Tuve 15 intentos de suicidio. Tenía problemas en lo laboral, era inconsistente, porque por mi enfermedad o mi estado depresivo perdía los trabajos”, relata Javier.
Andrea detalla lo difícil que le fue haber vivido la enfermedad de su esposo: “Fue todo muy difícil, tenía que hacerme cargo de todo, también de darle de comer. A raíz de todo esto empezó el enfriamiento, no dormíamos juntos. Hasta que un día él llegó a la Universal. “Viniendo a la Universal, pude curarme, salí de la depresión”, cuenta él.
“Hoy estamos bien, superamos las frustraciones del pasado, no fue fácil, pero estamos muy felices”, finaliza Andrea.
Participe de la terapia los días jueves a las 10, 16 y 20h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o vea aquí donde se lleva a cabo la reunión.
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