Según los cálculos de los historiadores, Babilonia, en los últimos siglos, asesinó a más de 70 millones de personas, incluyendo a judíos, protestantes, musulmanes y católicos.
Sin nombrar a las víctimas de las guerras mundiales, que suman 60 millones de personas. El Espíritu Santo, a través del apóstol Pablo, exhorta a los cristianos:
“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:1-3)
El apóstol se está refiriendo a los días que precederán al regreso del Señor Jesucristo. Estos últimos días, Babilonia ha predicado el ecumenismo por toda la Tierra. El ecumenismo es un movimiento que pretende congregar a varias religiones bajo la autoridad máxima del líder de Babilonia. Las que no estuvieren de acuerdo con él, serán identificadas e inmediatamente rotuladas como sectas.
Será como en los días de la inquisición, cuando los que se oponían al catolicismo romano, creyendo solo en la Palabra de Dios, fueron llamados herejes y, más tarde, quemados vivos.
Por lo tanto, el plan de Babilonia para estos últimos tiempos es sacrificar a los verdaderos cristianos, es decir, a los que se opongan a su supuesta autoridad. Pero Dios no permitirá que Sus hijos sufran, pues antes de que el anticristo se manifieste, la Iglesia del Señor Jesús será arrebatada.
Babilonia está trabajando hace muchos años en un proyecto en el cual todos los seres humanos serán obligados a someterse a un único gobierno mundial que está siendo creado, con el fin de preparar la llegada del anticristo.
La prueba de esto es la organización de los países en bloques. Por el momento existen ocho bloques, pero el número apocalíptico es de diez. Es el caso, por ejemplo, de la Unión Europea, que no es más que una señal apocalíptica.
Su unidad también exigirá un gobierno de unión, lo que significa que Europa terminará transformándose en un único país. Este es justamente el deseo de Babilonia, que siempre fue la “dueña de la situación” mientras que el sistema del mundo era monárquico, pues, dominando a los reyes, se dominaba también a sus respectivos reinos.
Babilonia hizo que surgieran las dictaduras que sustituirían a las monarquías. En Brasil, por ejemplo, la misma recurrió a millones de dólares americanos de una de sus empresas, para invertir en medios de comunicación electrónicos.
También promovió el golpe de 1964, que estableció la dictadura militar en el país. A partir de la misma, parte de los medios de comunicación comprometidos con ella se amplió enormemente y buscó garantizar el poder político para la “nueva Babilonia”.
Con la Revolución Francesa, nació la democracia, es decir, el poder comenzó a generarse del pueblo para el pueblo. También surgieron países como Estados Unidos, que, a su vez, pasaron a imponer su sistema a través de una economía fuerte, y a liderar el mundo occidental, viniendo a ser ejemplo de éxito y prosperidad.
Esto abatió profundamente el poderío babilónico mundial, incluso impidiendo nuevas conquistas, ya que dividió el poder. Para reconquistar el mundo, el imperio babilónico ha trabajado intensamente en el sentido de realizar la unificación en bloques, como es hecho en Europa.
Según la propia Babilonia, cuanto mayor es la división de poder, mayor es la dificultad de tenerlo bajo control. De esta manera, surge la bestia de diez cuernos, revelada en el capítulo 13 del Apocalipsis.
Vale la pena recordar que Hitler fue creado por el sistema babilónico, con el fin de realizar en Europa, por la fuerza de la guerra, lo que exactamente hoy se realiza por la fuerza de la paz.
(*) Fragmento extraído del libro “Estudio del Apocalipsis”, del obispo Edir Macedo.
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