¡El currículum del apóstol Pablo es asombroso! Y no se refiere a milagros ni a tremendos movimientos evangelísticos.
“¿Son servidores de Cristo? (Hablo como si hubiera perdido el juicio.) Yo más. En muchos más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes un sinnúmero de veces, a menudo en peligros de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes. Tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo. Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez.” 2 Corintios 11: 23-27
Y, aun soportando todo eso, sus ojos siguieron en el cuidado de las almas:
“Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias.” 2 Corintios 11:28
¡Y hay gente que, con un “pisotón en el dedo del pie”, ya abandona la fe y el servicio a Dios!
¡Que el Espíritu Santo que sustentaba a Pablo en todas esas situaciones, nos sustente también, en el Nombre del Señor Jesús!