Un miércoles de exhortación y aprendizaje de la Palabra, en el Templo de los Milagros, Argentina.
Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. Joel 2:28
El deseo de Dios es habitar en todo ser humano, porque es a la Imagen y Semejanza de Él.
Somos hijos de Dios solamente cuando tenemos el Espíritu Santo.
El mayor sueño del Padre es que Su hijo sea un profeta. Pero no con un título, sino siendo instrumento y un verdadero siervo.
La gente mayor se excluye pensando que ya es tarde, pero Dios quiere que sueñen los sueños de Él y se dejen usar de igual manera.
Dios quiere que pasemos de página, independientemente, de que las cosas no hayan salido como queríamos.
Si no dejamos ir el pasado, nos convertiremos en personas amargadas, murmuradoras y descreídas.
Antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado. Hebreos 3:13
Muchos dejaron la Presencia de Dios porque no aceptaron la exhortación ni exhortaron cuando debían hacerlo, a un amigo, familiar o hasta un funcionario de la Obra de Dios.
Debemos dejar de lado el pensamiento egoísta y exhortar cuando es debido porque, al hacer esto, le hacemos un bien a nuestra alma y cuidamos del alma de la persona a la cual le llamamos la atención, independientemente de quién sea.
Nosotros debemos ser guiados por la mente de Dios, la cual, descubrimos a través de Su Palabra.
Debemos hablar de nuestro pasado únicamente para exaltar la Misericordia, Poder y el Perdón que Dios da.
No podemos recordar nuestro pasado para exaltar las obras que el mal hizo en nuestras vidas.
Asimismo, exhorta a los jóvenes a que sean prudentes; muéstrate en todo como ejemplo de buenas obras, con pureza de doctrina, con dignidad, con palabra sana e irreprochable, a fin de que el adversario se avergüence al no tener nada malo que decir de nosotros. Tito 2:6-8
Debemos ser puros y andar con dignidad, es decir, según la Palabra de Dios.
Dios nos manda a exhortar y ser exhortados para que haya humildad en nosotros y dejemos al diablo sin nada de qué acusarnos delante de Él.
Solo el humilde acepta la represión y, solo los que practican pueden exhortar, porque viven lo que predican.