El noviazgo y el compromiso no existen porque sí. Este es el tiempo en el que Dios va a trabajar en ambos. Es tiempo de conocerse, de formar una amistad sólida que se fortalece cada día. Es el tiempo de ver si la persona elegida tiene chances de convertirse en su futuro cónyuge. ¿Qué mejor para conocerse, que el diálogo?
La pareja de novios necesita mantener su compromiso con Dios, y el noviazgo debe ser puro y santo. Cuando deciden comprometerse llegan a la mitad del camino. Es bueno que tengan una charla sobre el futuro, porque eso hará una diferencia enorme en el momento de la convivencia.
Muchos cometen el error de irse a vivir juntos muy rápido o de tener poco tiempo de novios y casarse. La vida de la nueva pareja debe basarse en lo que construyeron con amor, respeto y respaldo bíblico.
Si usted quiere algo de Dios, ¿qué hace? ¡Habla con Él! Lo mismo debe aplicarse en la pareja. ¿Quiere conocer a alguien? Converse con él, vea cómo es. ¿Está en pareja? Hable, exponga sus ideas, sus pensamientos, así logrará mejorar notablemente la relación.
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