Un matrimonio es una relación que exige mucha confianza y lealtad. La pareja comparte su vida, si uno de los dos hace muchas cosas sin consultar al otro y tiene el hábito de poner sus deseos en primer lugar, puede perjudicar su relación.
Si a usted no le importa lo que le interesa a su pareja, toma decisiones solo, no escucha lo que ella dice, no comparte lo que compra o no se esfuerza en hacer algo por el otro, es una persona egoísta. Y el origen de ese comportamiento puede ser porque usted quería casarse para suplir sus necesidades, como explica la psicóloga y coach Daniela Knapp.
“El egoísmo está ligado a una carencia personal, por lo que el amor por el otro no está siendo genuino. Una relación así va a ser destruida por el egoísmo, pues el amor es dirigido a lo que le falta, que el otro debe darle. Una persona debe ser total y completa para unirse a otra”, indica.
Con el tiempo la persona que alimentó su egoísmo comienza a ver que el otro no puede suplir su carencia. Pero ella intenta forzarlo a actuar a su modo, y así los problemas comienzan a aparecer. Su pareja se siente anulado y la relación se desgasta pudiendo llegar a la separación.
“El egoísmo hace surgir la competitividad, la cobranza, el aniquilamiento emocional del cónyuge y la falta de consideración por el otro. La relación puede empeorar hasta llegar al divorcio si no se trata a tiempo”.
Buscar ayuda es fundamental para conocer, entender y enfrentar la situación. Comience a valorar las intenciones de su pareja porque él hace lo mejor por usted. Los dos deben ceder y suplir sus necesidades a la par. Para que eso suceda debe ejercitar la empatía.
Si se siente identificado con este problema en la pareja, sepa que la Terapia del Amor le servirá para luchar por su relación. Participe este jueves a las 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
“Cargaba una gran frustración con los hombres”
Inés y Francisco no podían ser felices, porque sus actitudes estaban condicionadas por el egoísmo y el rencor.
“Yo había sufrido intentos de abuso y una violación. A partir de ese momento comenzó mi frustración con los hombres, no quería saber nada con ellos porque decía que todos eran violentos. Así comencé a sufrir en la vida sentimental. Para mí al hombre había que tratarlo mal, ponerlo a distancia siempre. De esta manera fue cambiando mi carácter, empecé a ser violenta, agresiva, nerviosa.
Durante 26 años tuvimos una relación conflictiva, queríamos darnos una oportunidad, pero no lográbamos ser felices. Nunca nos poníamos de acuerdo con mi marido, recuerdo que lo trataba muy mal”, cuenta ella.
“No le gustaba nada de lo que hacía ni siquiera lo que decía, pero no nos queríamos separar”, agrega él. Los días pasaban y cada vez estaban más distanciados. “Me costó mucho llegar a tener una buena relación con él, poder entenderlo y comprenderlo.
Cuando llegué a la Terapia del Amor fui aprendiendo a superar los traumas y a amar. Hace un año me puse firme para cambiar, me costó perdonar, pero lo hice y me ayudó muchísimo. Fui cambiando y mi marido decidió acompañarme a los encuentros de la Terapia del Amor. Ahora somos unidos, sabemos ceder y callar para respetar al otro. Valió la pena participar de los encuentros porque hoy somos realmente felices”, cuenta ella. “Hoy disfrutamos de una bella relación, como nunca la vivimos de novios”, finaliza él.
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Invierta en usted, este jueves a las 10, 16 y 20 h. Tiene una cita marcada para luchar por su felicidad en Av. Corrientes 4070, Almagro o en la sede que se realiza la Terapia del Amor ingresando aquí.
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