Constanza: “Mi vida era un desastre, yo era una persona muy nerviosa, fumaba, vivía angustiada, estaba mal, tratando de agradar a los demás en todo lo que hacía. Vivía en función de los que me rodeaban, no me fijaba en mí misma; era así en mi casa, en el trabajo, en la facultad, donde estuviera.
Mi humor era muy cambiante, había momentos en los que lloraba y en otros reía. Me sentía perdida y no era feliz. Además tenía mucho rencor dentro de mi corazón, sentía odio.
Pude cambiar gracias al Espíritu Santo. En la Universal participé del Ayuno de Daniel, ya me había liberado de los vicios pero todavía me faltaba el cambio completo. Vi al Ayuno como mi oportunidad de acercarme a Jesús y ser una nueva persona.
Estuve 21 días desconectada de Facebook, de las novelas, pasé a leer el blog del Obispo Macedo, a escuchar la Palabra Amiga, a ver los programas de la Universal y a leer El Universal. También a meditar en la Palabra de Dios, estaba abocada a llenarme de la presencia de Dios.
Gracias a Dios recibí el Espíritu Santo en ese Ayuno y mi vida cambió por completo.
Hoy soy una nueva persona, no puedo creer como vivía de esa forma. Una de las cosas que más cambió es que vivo solamente para agradar a Dios.
Gracias al Espíritu Santo tengo fuerzas, me siento segura, no tengo miedo, tengo paz, incluso ante los problemas.
En determinado momento me quedé sin trabajo y hasta perdí seres queridos, pero nada de eso me sacó la paz que tengo en mi interior, pude seguir adelante”.
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