Cuando su madre falleció, Laura comenzó a sufrir de depresión. La angustia que sentía la acompañó por mucho tiempo, ni siquiera el afecto que les tenía a su hija y a su esposo compensaban el dolor que cargaba dentro de sí. “Me sentía muy triste y el vacío que tenía no podía llenarlo con nada”, cuenta.
Laura fue libre de los males que la atormentaban cuando descubrió el poder de su propia fe en la Iglesia Universal. Ella entendió que la paz que necesitaba solo la alcanzaría recibiendo al Espíritu Santo. Por eso, al escuchar hablar sobre el Ayuno de Daniel en las reuniones, no perdió más tiempo y decidió participar con todas sus fuerzas.
Durante los 21 días, se entregó a Dios y sacrificó su voluntad por Él. De esta manera, al culminar el propósito, Laura tuvo un encuentro con el Señor. “Mi vida está totalmente cambiada. Hoy tengo ganas de vivir, disfruto de mi hija y de mi matrimonio. Mi carácter cambió totalmente”, finaliza con alegría.
A continuación, vea su testimonio.
Participe de las reuniones de la Universal y sepa cómo hacer el Ayuno de Daniel.