En el libro de Lucas, capítulo 18, desde el versículo 1 hasta el 8, Jesús cuenta la parábola de una viuda que clamaba a un juez inicuo, para que juzgue su causa.
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.”
El objetivo por el cual se contó esta historia fue para que las personas comprendan que, si ese hombre injusto atendió a la viuda que clamaba, ¿por qué Dios, que es el Justo Juez, dejará de atender a sus hijos?
Pero la viuda mostró perseverancia, pues al saber que el juez era inicuo y que de buena voluntad no la ayudaría, decidió importunarlo, hasta que resolviera su problema.
“Cuando miramos a lo que dijo el juez injusto, vemos las siguientes palabras: ‘mira, no me importa ni Dios ni ningún hombre, pero para terminar con la molestia de esta viuda, juzgaré inmediatamente su causa. Es decir: un hombre que no tenía nada de virtud dentro de él, ni respeto a la fe en Dios y al prójimo, le hizo justicia a una mujer viuda que, en la época, era vista como una persona débil en la sociedad. Basta que usted haga lo mismo que ella y, mucho más, Dios hará en su vida”, resaltó el obispo Renato Cardoso, durante el programa “Fala que eu te escuto”, en Rede Aleluia.
Sin embargo, el obispo destaca que la justicia por sí misma no traerá la justicia de Dios. Pues, así como la viuda tuvo que manifestar la fe para tener atendida su causa, Hoy, lo mismo debe hacerse por parte de cada uno de nosotros. “Cuando usted comienza a usar las armas espirituales contra las injusticias, entonces, usted verá la justicia de Dios en su vida”, enfatizó el obispo.
Desde el 1º hasta el 14 de octubre, los obispos y pastores clamarán a Dios por justicia. Si usted tiene una causa que considera imposible de resolver, participe de esta campaña de fe y obtenga la respuesta del Justo Juez.
Escriba una carta con todas sus injusticias, ore a Dios de día y de noche y el domingo 14 de octubre, preséntelo delante del Trono de La Justicia, en el Templo de la Fe, en Avenida Corrientes 4070, del barrio de Almagro. O busque una Universal más cercana a usted y sepa cómo participar. Encuentre la dirección, haga clic aquí.