Todas sabemos que las bajas temperaturas, el viento y la nieve pueden causar estragos en nuestra piel, pero pocas personas se dan cuenta de que el cabello también puede dañarse de igual modo a causa del frío y de las precipitaciones invernales.
En la temporada invernal, el viento, el frío y la contaminación contribuyen a que el cabello se debilite, se dañe y se caiga más de lo normal.
Regularmente se pierden entre 50 y 100 cabellos diarios, pero cuando comienza a caerse en mayores cantidades, sobre todo en el área superior de la cabeza, es un indicativo de que algo anda mal.
Lo recomendable es utilizar un tratamiento que fortalezca el cuero cabelludo, además de hidratarlo. Algunas alternativas orales proporcionan al cuero cabelludo los nutrientes necesarios para el crecimiento de un pelo fuerte y sano, además que reducen la caída, lo reafirman y lo engrosan.
Aquí algunos ciudados básicos para protegerlo
– Utiliza un gorro o sombrero para proteger tu cabello de los factores climáticos que lo dañan. Los rayos UV del sol lo afectan tanto como a la piel, por eso requiere protección.
– Si tienes que usar secadora mantenla a una distancia de 15 a 20 cm, cuida que el aire no esté muy caliente.
– Procura dejar que se seque de manera natural, aunque tampoco se aconseja salir con el pelo húmedo. Utiliza algún producto que lo proteja para que la secadora no lo queme.
– El frío también provoca electricidad estática; los productos antifrizz te ayudarán a contrarrestarla.
– Utiliza una mascarilla una vez a la semana. Ésta puede ser hidratante, nutritiva o fortalecedora. Aplica un tratamiento nocturno que te ayudará a reconstruirlo de manera eficaz.
– Consume huevo, leche, pescado, cereales y frutos secos, que contribuyen a que el pelo sea más resistente al clima.