Habitualmente con la llegada de los primeros fríos, comenzamos a tomar medidas para evitar resfrios y gripes.
Una de las más comunes es el aumento de consumo de vitamina C a través de la ingesta de cítricos o de conocidos complejos vitamínicos que se venden en farmacias. ¿Pero son estos métodos realmente eficientes? ¿Cómo pueden ayudarnos?
Sí, es cierto que la vitamina C ayuda a prevenir resfríos, pero también hace mucho más por nosotros. Esta vitamina es un nutriente esencial que se requiere para una gran cantidad de reacciones metabólicas de nuestro organismo y, a diferencia de otros animales, el ser humano no es capaz de producirla por sí mismo, eso significa que debe incorporarla a través de los alimentos.
El ácido ascórbico es un potente antioxidante y actúa donándole electrones a enzimas que participan en la hidroxilación del colágeno (es decir ayuda en la cicatrización, mantenimiento de vasos sanguíneos y cartílago), ayudan en la síntesis de cartinina (transportando ácidos grasos para al interior de las células para que obtengan energía), participan en la biosíntesis de dopamina (conocida como la hormona de la felicidad), colabora en la absorción de otras vitaminas y minerales, como el hierro, a evitar enfermedades cardíacas y también favorece el sistema inmune, de esto último surge la recomendación de incorporar esta vitamina en épocas invernales…
Sin embargo, investigaciones más recientes demuestran que el consumo excesivo y, principalmente, si se trata de suplementos, son poco recomendables dado que podrían causar alteraciones gastrointestinales. Al tratarse de una vitamina hidrosoluble, se elimina fácilmente por orina (por eso también se requiere un consumo habitual), pero el problema reside en que una cantidad del ácido se transforma en oxalato de calcio, una sal insoluble que puede crear cálculos.
Siempre es preferible obtenerla de frutas o verduras, porque nos aportan también otras vitaminas que nuestro cuerpo necesita. Y, además, recuerde que existen muchas más fuentes que los cítricos, como perejil, kiwi, uvas, brócoli, espinaca y coles.
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