Uno de estos días, estaba investigando algo interesante en internet y me encontré con una de las famosas caricaturas, de la muy conceptuada revista norteamericana The New Yorker.
Peter Steiner, habitual en esas páginas, diseñó un señor de anteojos que le pedía ayuda a un empleado de una librería sobre un libro que buscaba. A lo que el empleado respondió, buscando en el stock del buscador de la computadora, algo más o menos así:
– La Biblia… Puede estar en la categoría “autoayuda”.
¿Puede? En cierta forma, si. De otra, no.
¿Será que la Biblia, escrita hace millares de años por tanta gente diferente y, a pesar de eso, con bastante coherencia, bajo la inspiración de Dios, se encuadra realmente en un género literario? ¿En varios? ¿En ninguno?
Vamos a ver el autoayuda, ya que Steiner bromeó con eso – claramente, como es de costumbre en el New Yorker, para suscitar en el lector una reflexión inteligente. El género es bastante rechazado por los lectores más exigentes, que piensan que no pasa de un cebo– y muchas veces lo es. Sin embargo, la intención de hacer que la persona encuentre en sí misma la solución para contrariar las deficiencias de su propia vida – amor, dinero, éxito, etc. – no está muy de acuerdo con la Palabra Sagrada, la cual enseña que somos completamente dependientes de Dios (Juan 15:5).
Claro que, a partir de Él, podemos tener más fuerzas para la constante lucha por la vida verdadera. Pero sin esa tontería de que “el universo conspira a su favor”. En el caso de que no se haya dado cuenta, usted es solo una parte de él, el cual existe para todos. Y el ser humano fue hecho para ser siervo de Dios, el creador, y no del universo, la criatura (Juan 1:1-3).
Otras cosas pueden sacar a la Biblia del estante de autoayuda, ya que el género suele predicar que la felicidad puede estar solo en las conquistas materiales y en la autosatisfacción.
¿Estaría la Biblia en la sección de medicina? No. Y sí, pues le habla al pueblo, y ya hace milenios, que comer ciertas cosas hacen mal a la salud, que la higiene es primordial y que la circuncisión en el octavo día es lo ideal.
¿En el estante de la Ciencia? Otra vez, no. Y otra vez, sí: la Biblia ya mostraba que la Tierra era redonda, hablaba del ciclo de las aguas y existía una cosa llamada ley de gravedad.
¿Biología, tal vez? Habla acerca de los animales, plantas, micro-organismos (aunque indirectamente) y del propio hombre.
¿Es un libro de historia? Puede no serlo. Y puede serlo: vemos la formación de los imperios y sus conquistas (y caídas), de los orígenes de la escritura, del uso del fuego, de las herramientas, períodos de guerra y paz.
¿Arquitectura y decoración? No solo eso, y también eso. Dios le dijo claramente a Moisés cómo quería el Tabernáculo, dictándole incluso las medidas, materiales y colores; y dotó a hombres como Bezalel con la habilidad necesaria.
¿Ingeniería naval? Bien, Noé recibió del propio Creador las medidas y materiales del gran arca que lo salvó a él, a sus familiares y animales del Gran Diluvio.
¿Una crónica de costumbres? En las Escrituras vemos la descripción de rituales, de hábitos de lo cotidiano, vestuario y fiestas.
¿Geografía? Aparecen claramente divisiones de Estados, alcance de reinos, migraciones, diferencias físicas e idiomáticas de los pueblos del mundo civilizado conocido entonces.
¿Romance? No son raros los pasajes en que vemos a hombres y mujeres trabando verdaderas batallas para quedarse al lado de personas que aman y constituir una familia– o permaneciendo con su pareja aun cuando hay algo que aparentemente desagradase a un cónyuge.
¿Poesía? Salomón habló muy bello en Cantares, mostrando que había algo mucho más allá del sexo y la seducción entre un hombre y una mujer.
¿Música? Los salmos, para quien no sabe, son letras de canciones entonadas en alabanzas a Dios. David (foto de al lado) sabía matar gigantes, conquistar reinos, pero también era bastante famoso por tocar el arpa, y muy bien. Componía sus oraciones musicalizadas al Señor.
¿Historietas? No y sí. No era (pero hoy también es) contada en el estilo del llamado “noveno arte”, los dibujos secuenciales con diálogos. Pero también había hombres que recibieron habilidades de Dios que van más allá de las capacidades humanas. Bichos parlantes. Tiene villanos. Y están aquellos que, aunque fueron héroes, también cometieron actitudes a veces villanescas – que, sin embargo, podían buscar el perdón de Dios.
¿Suspenso? ¿Terror? Bueno… Quien piense que los niños exterminados en una noche y las plagas son cosas agradables, que me avise. Pero todo eso tiene un sentido, claro, como todo en la Palabra.
¿Policial, espionaje? Los espías de algunos reinos se infiltraban en otros. Los dobles agentes no faltaban. Hubo uno que llegó a recibir dinero para entregar a su Maestro, “delatándolo” al enemigo, mucho antes de que existiera la CIA, la KGB y 007.
¿Crónicas? Quien describió la épica batalla de David contra Goliat, por ejemplo, puede ser considerado uno de los primeros corresponsales de guerra de la historia. Él describe las estrategias, los equipamientos, el terreno, la coyuntura política. El recorrido de Jesús por la Vía dolorosa fue relatado con detalles y, que yo sepa, no había nadie allá con la credencial de “prensa” cedido por la asesoría de comunicación del Imperio Romano para seguir y transmitir con las “últimas noticias” en vivo, por la CNN, la ejecución del Mesías.
Delante de todo esto, podemos creer que no hay un género específico para el libro más leído en todo el planeta. Al mismo tiempo, se encuadra en varios – estos citados y muchos otros.
Pero, claro, es mucho más fácil para nosotros ir hasta la sección “Religión” de una gran librería, o “mega store”, como le gusta decir a la gente más fashion. Esto puede incluso no estar bien – vivir con Dios está muy lejos de ser una mera religión –, pero hasta ayuda en la localización a la hora de comprar. Solo por eso, es útil.
Después de otra Feria del Libro más, es interesante que hablemos aquí de un título que no es exactamente un lanzamiento – sin embargo siempre fue y será actual.
Para todo tipo de lector.
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