“GRITA de júbilo, oh estéril, la que no ha dado a luz; prorrumpe en gritos de júbilo y clama en alta voz, la que no ha estado de parto; porque son más los hijos de la desolada que los hijos de la casada —dice el Señor (…) No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más. Porque tu esposo es tu Hacedor, el Señor de los Ejércitos es Su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.” Isaías 54:1,4-5