«Y el Señor dijo a Abram…».
Génesis 12:1
«Cuando Jesús Se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: ¡Sígueme! Y levantándose, Le siguió». Mateo 9:9
«… y para que seamos librados de hombres perversos y malos, porque no todos tienen fe».
2 Tesalonicenses 3:2