No es agradable estar en un lugar en el que hay mal olor, ¿cierto? Por más que una se esfuerce, la situación se hace difícil de soportar. Lo mismo sucede cuando hay una persona que tiene mal aliento. Se dificulta acercarse y hablar con ella.
Así como en estos ejemplos, muchas mujeres están exhalando un pésimo olor a través de sus actitudes, alejando a las personas que las aman. Se quejan todo el tiempo (y delante de todos) de su marido, de sus hijos, de la familia… Tienen un carácter explosivo y tratan a sus compañeros de trabajo con rispidez e indiferencia. Se muestran incompletas, infelices e insatisfechas.
¿Quién soporta convivir con alguien así? Nadie. Al punto que los que están a su alrededor actúan como si estuvieran en un ambiente con mal olor: se alejan.
Sintiéndose aún más incomprendidas, algunas mujeres no se dan cuenta de cuál es el motivo por el que han alejado a las personas.
¿Cómo cambiar?
No puede esperar que otros cambien para que usted mejore sus reacciones. Si la mujer exhala un buen perfume, todos querrán estar cerca suyo y buscarán saber qué es lo que la hace tan agradable.
Analice qué actitudes malas la han perjudicado. Haga una lista de los comportamientos nocivos que ve en otras mujeres y, mientras la hace, comenzará a identificar lo que usted misma hace y trabajará para corregirse.
A partir de eso, percibirá qué es lo que debe cambiar para convertirse en una mujer agradable. ¿Nerviosismo? ¿Impaciencia? ¿Timidez? ¿Arrogancia? Siempre hay algo que mejorar. Claro, nada cambia de la noche a la mañana. Practique y obsérvese hasta que el nuevo comportamiento forme parte de su naturaleza.
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