El cuerpo humano funciona como una orquesta sinfónica, nada puede salir mal, uno depende del otro para el éxito de todo el grupo, todos muy concentrados, haciendo que cada movimiento sinfónico pueda contribuir armoniosamente, aunque sea imperceptible. Así son los miembros y los órganos del cuerpo, trabajan juntos, se conocen, se respetan, saben cuál es su momento de actuar y de esperar que el otro actúe; todos son motivados, alimentados y fortalecidos por la sangre, que es la vida, circulando en ese conjunto que coopera, que trabaja de manera conjunta para la salud del hombre.
El cuerpo espiritual de la iglesia también es así, está compuesto por personas que se conocen, no físicamente, sino espiritualmente, se respetan y trabajan juntas porque son personas que poseen el mismo ADN, todos son motivados, alimentados y fortalecidos por el Espíritu Santo, que le da vida al trabajo de evangelización realizado en todo el mundo, curando, liberando y salvando vidas.
Todos los miembros de ese cuerpo espiritual tienen una importancia fundamental, todos se sienten útiles aunque estén ejerciendo una función no visible, como algunos órganos de nuestro cuerpo que no se notan, sin embargo, si no funcionan perfectamente causan un gran trastorno a todos. Imagínese lo que duele un órgano inflamado, un útero infectado, una próstata alterada, ellos pueden causar un infierno en la vida de una persona. Así también sucede con alguien que está en el cuerpo de la iglesia y está enfermo espiritualmente. Es necesario que esa persona se trate, se arrepienta, se arregle con Dios inmediatamente para que el cuerpo no sea perjudicado y logre alcanzar su objetivo de ganar almas, que en el mundo lloran sin tener esperanza de ver a Dios.
Si usted obrero(a), miembro o un órgano del cuerpo de Jesús se siente enfermo, no funciona activamente debido a enfermedades espirituales como rencor, prostitución, adulterio, mentiras, entre otros, busque la cura arrepintiéndose inmediatamente, pues el cuerpo lo necesita, los órganos de ese cuerpo están sintiendo su falta, regrese para trabajar unidos por la salud espiritual de la iglesia de nuestro Señor Jesús.
Que Dios los bendiga.
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