La ingratitud es una actitud que, a veces, pasa desapercibida, pero tiene consecuencias negativas y profundas, que causan mucha tristeza, vergüenza y dolor, tanto en nuestra relación con Dios como con las personas que ha Usado para acercarnos a Él.
Anoche estaba hablando con Viviane sobre este pecado y fatalidad que muchos ignoran y pienso que alguien entre nosotros, en Sudamérica, no sé quién, necesita ser alertado sobre este peligro.
1º La ingratitud hacia Dios:
El Espíritu Santo dejó Registradas en la Sagrada Biblia, de principio a fin, de Génesis a Apocalipsis, varias advertencias contra el espíritu de la ingratitud. Venga conmigo, vamos a analizarlas juntos.
En Romanos 1:2 Dijo:
«Pues, aunque conocían a Dios, no Le honraron como a Dios ni Le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.» Romanos 1:2
Observe que la falta de gratitud conduce a la vanidad, a la soberbia, a la oscuridad del corazón y a la idolatría.
Cuando olvidamos todo lo que Dios ha hecho por nosotros, nuestra mente es tomada por pensamientos vanos, nuestro corazón se endurece, nos alejamos de Su Voluntad y criticamos a los que viven humildemente sometidos a la Voluntad Divina.
En Deuteronomio 8:11 Dejó asentado:
«Asegúrate de no olvidar al SEÑOR tu Dios, para que no falles en obedecer Sus mandamientos, normas y leyes que te doy hoy. Podrás comer todo lo que quieras (…) y todo lo que tienes se multiplicará. Cuando eso ocurra, ten cuidado de no volverte orgulloso y olvidar al SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, un lugar de esclavitud. Él es quien te guió en este desierto grande y terrible, lleno de serpientes y escorpiones venenosos (…). Ten cuidado de no decirte a ti mismo: “Mi fuerza y mi propio poder han obtenido esta riqueza para mí”. Más bien recuerda al SEÑOR tu Dios, porque Él es Quien te da el poder para obtener riqueza, cumpliendo así como lo está haciendo hoy, el pacto que les prometió a tus antepasados.» Deuteronomio 8:11
2º La Ingratitud hacia los Instrumentos de Dios:
Dios, a lo largo de nuestra vida, utiliza a muchas personas para alertarnos, al obispo Macedo, a la pareja, a otro Pastor, a otra Esposa. A través de ellos, Él nos guía, nos disciplina, nos enseña y nos ayuda a desarrollar en la fe – inteligente. Ser ingrato con ellos es una forma de menospreciar la Obra de Dios en nosotros.
El Señor Jesús Enseñó y Alertó sobre este peligro: Él explicó sobre la ingratitud y sobre la bendición debido a la gratitud con aquellos que Él Usó y Usa:
«Y cualquiera que como discípulo dé de beber, aunque solo sea un vaso de agua fría a uno de estos pequeños (Sus siervos), en verdad os digo que no perderá su Recompensa» Mateo 10:42.
«En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos Míos (Sus siervos), aun a los más pequeños, a Mí lo hicisteis.» Mateo 25:40.
«Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia Su Nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos (Sus siervos)» Hebreos 6:10.
3º Las consecuencias de la ingratitud:
La ingratitud ha llevado a miles de personas a distanciarse de Dios, a la ruptura de relaciones, a la pérdida de la paz interior y a la pérdida de la Alegría de la Salvación. Sucede lo contrario con los que eligen cultivar y guardar un corazón agradecido, ese corazón atrae más Bendiciones, más Inspiraciones, más Fuerza Espiritual y provoca más Transformación personal y Ministerial en otras vidas.
En conclusión, mantener un corazón agradecido a Dios y a quienes Él ha Usado en nuestra vida y en Su Obra es esencial para crecer espiritualmente, para estar Blindado de los ingratos y para vivir en la Plenitud de Su Voluntad.
¿Ha percibido ingratitud en sus pensamientos, sentimientos y palabras?
Vaya al Altar, pídale Perdón a Dios y clame por la sanidad de su mente, de su corazón y por su lengua, porque corre riesgo de vida y Vida Eterna.
En 2 Crónicas 33:16 se explica:
«Y reparó el Altar del SEÑOR, y sacrificó sobre él ofrendas de paz y ofrendas de gratitud; y ordenó a Judá que sirviera al SEÑOR, Dios de Israel.» 2 Crónicas 33:16
Por último, en 1 Tesalonicenses 5, Enseña:
«Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.» 1 Tesalonicenses 5
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Ob. Júlio Freitas