Que las bendiciones del día de hoy se extiendan por el resto de su vida ¡en el Nombre del Todopoderoso!
El consejo de hoy es sobre la felicidad.
La persona religiosa, generosa, bondadosa, que no vive en el pecado, aunque sea de fe y bautizada con el Espíritu Santo, pero nutre dentro de sí una codicia personal, egoísta y mala, más temprano que tarde caerá en tentación. No sé si logrará levantarse…
Por otro lado, a la persona perversa, al pecador más vil, aunque sea un instrumento de Satanás, incluso así, pero que nutre dentro de sí, en lo más profundo del alma, el deseo de abandonar esa vida y vivir en el padrón de lo que es justo y correcto, temprano o tarde el Todopoderoso le dará la chance de empezar una nueva vida.
Esos dos extremos muestran el poder de la intención del corazón, para mal o para bien. La elección es libre. Cada uno, de acuerdo con su razón, tiene que optar por sí mismo.
Por eso, el Señor Jesús profetizó que la felicidad está destinada solo a los que tienen hambre y sed de justicia. O sea, es conferida a aquellos cuya intención es vivir en la justicia.
Él garantiza que solo estos tendrán ¡abundancia de felicidad!
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”, (Mateo 5:6).
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