La naturaleza del ser humano es débil y limitada, pero cuando la fe es puesta en práctica, surge un potencial para conquistar todos los objetivos que se planifican, por más imposibles que parezcan.
Hay personas que creen en Dios, sin embargo, hay otras que creen en Él con todas las fuerzas. Esta es la clave para que seamos bendecidos plenamente. Para comprenderlo mejor, reflexione en el siguiente versículo:
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. Eclesiastés 9:10
Las personas débiles no logran adquirir bendiciones, pueden incluso alcanzar la realización económica, pero no se sienten completas. De ahí la razón por la cual hay tantos millonarios depresivos. En el ambiente cristiano, lamentablemente, sucede lo mismo, hay personas que dicen creer en Dios, pero sus vidas no reflejan tal creencia.
¿Cómo adquirir fuerzas?
En el pasado, los héroes de la fe no eran perfectos, pero tenían una fe sustentada en Dios. Por ejemplo, Abraham no titubeó a la hora de entregar a su hijo en sacrificio; Gedeón confió plenamente en la Voz de Dios, y de ser un “don nadie” se convirtió en el líder guerrero de Israel; David fue despreciado y aborrecido, incluso dentro del seno familiar, pero eso no le preocupó, porque confiaba en el Señor y, debido a esa entrega total, se convirtió en el destacado rey de Israel.
Al igual que ellos, Dios quiere convertirlo en alguien grande, para que todos vean en usted la evidencia de Su existencia.
Realice un autoanálisis
Cuando las malas noticias llegan a sus oídos, o cuando las dudas invaden sus pensamientos, ¿cómo reacciona? Si se lamenta por los problemas y en todo momento se queja, esto indica que usted es débil y, como tal, no podrá ser bendecido plenamente. No obstante, si los problemas lo motivan a confiar en Dios, usted será fuerte y, con toda la seguridad, las victorias llegarán.
¿Usted es débil o fuerte?
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