Imagínese la escena: usted se acomoda en el asiento de un avión para un viaje importante. La aeronave despega y, poco después, un bebé comienza a llorar. Los gritos del niño molestan a algunos pasajeros. A pesar de los intentos, la madre no logra calmarlo. ¿Cómo se comportaría usted en este caso?
En Estados Unidos, un pasajero pasó por una situación parecida y decidió realizar una acción generosa, en vez de quejarse del ruido. El hombre se dirigió hasta la madre del bebé, que estaba teniendo dificultades para calmarlo, le dijo que él era padre y que la podría ayudar. El gesto conmovió a otra pasajera del mismo vuelo que compartió la historia en internet.
“Este HOMBRE caminó por el pasillo durante todo el vuelo desde Minneapolis a Atlanta (Estados Unidos) consolando al bebé en su cuello como si fuera su hijo… Yo comencé a llorar… No porque él era blanco y ella negra, sino porque él me mostró hoy que aún hay personas BUENAS en un mundo lleno de turbulencias”, escribió Andrea Byrd, que fue testigo de la escena.
Bueno para todos
La actitud gentil del pasajero estadounidense terminó convirtiéndose en noticia. Pero, ¿por qué aún nos sorprendemos con este tipo de acción? El psicólogo Bayard Galvão recuerda que las buenas acciones causan asombro porque la cultura actual estimula el individualismo. “Las personas son incentivadas a buscar solamente la propia felicidad, de manera que solo se preocupan por ellas mismas. Muchas miran solo hacia su propio ombligo”, explica. A pesar de eso, Galvão destaca que la gentileza trae beneficios para toda la sociedad. “Si las personas aprendieran a ponerse en el lugar del otro, ciertamente la violencia disminuiría y el bienestar de todos aumentaría”, aclara.
Cómo ser feliz
Estudios indican que ser amable con otras personas puede aumentar la felicidad y el bienestar. Los efectos positivos valen para quien practica la buena acción y para quien la recibe.
En uno de sus estudios, la investigadora y profesora Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de California (en Estados Unidos), pidió que los participantes practicaran acciones gentiles durante diez semanas. Los resultados demostraron que la felicidad aumentó en ese período. Además, los participantes que tuvieron actitudes gentiles variadas, alcanzaron niveles más altos de felicidad con respecto a los que repitieron el mismo acto muchas veces.
Más saludable
Otro estudio de Sonja señala que practicar actitudes positivas disminuye la soledad, la tristeza y la ansiedad. También ayuda a lidiar mejor con el estrés y a aliviar el dolor de acontecimientos negativos, como el luto o el desempleo.
“La felicidad mejora el sistema inmunológico y el cuerpo está mejor cuidado. Por otro lado, las emociones dolorosas pueden hacerle daño al ser humano. La rabia, la tristeza y la ansiedad son como venenos. La persona feliz logra disminuir el impacto de la ansiedad y es menos propensa a tener cuadros de depresión y otros problemas psicopatológicos. Las actitudes gentiles aumentan la autoestima y hacen que la persona se sienta más útil”, argumenta Bayard Galvão.
Cómo comenzar
Gaya Machado, especialista en psicología positiva y doctorada en psicología, dice que la gentileza puede desarrollarse con un entrenamiento diario. “El primer paso es ver a la otra persona como un ser humano como nosotros, y entender que esa otra persona podría ser usted. Cuando usted se pone en el lugar del otro, entiende como le gustaría que lo trataran si estuviera pasando por aquella situación”, dijo.
Según Gaya, practicar buenas acciones no depende de dinero o tiempo, sino de voluntad. “Dar un buen día con una sonrisa en el rostro ya hace la diferencia. Cuando usted actúa de forma gentil, tiende a recibir la misma gentileza y el mundo está mejor”, concluye.
Trate de ser más gentil
Vea cómo aumentar el nivel de felicidad en su entorno:
– Póngase en el lugar del otro y trate de imaginar cómo le gustaría que lo traten.
– Practique diferentes actos de bondad todos los días.
– La gentileza está en pequeños gestos, como detener la puerta del ascensor para un vecino, ofrecer su asiento en el bus, lavar los platos, ayudar a una persona mayor a cruzar la calle, decir buen día, etc.
– Sea un buen oyente. Sepa escuchar atentamente a sus amigos y familiares.
– Participe de algún trabajo voluntario.
– Done su tiempo. De vez en cuando, haga algo para alguien que demande sus esfuerzos.
– Exprese su gratitud. Agradezca por la ayuda que usted recibe personalmente o escriba cartas.
– Cultive pensamientos positivos sobre usted y sobre las personas a su alrededor.
Fuentes: Bayard Galvão, psicólogo.
Gaya Machado, especialista en psicología positiva.
Estudio, How do Simple Positive Activities Increase Well-Being?, Sonja Lyubomirsky y Kristin Layous, psicólogas e investigadoras de la Universidad de California, en Estados Unidos.
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