¡Hablar de la vida en abundancia y aceptar una vida de miseria ha sido una de las mayores señales de la falta de conocimiento de la Verdad!
Meditemos: ¿Acaso el Dios del Antiguo Testamento es diferente al Dios del Nuevo Testamento?
La promesa de Dios a Abraham fue la de una descendencia bendecida y próspera. A causa de esa promesa, vemos que los descendientes biológicos de Abraham, los judíos, son poseedores de las mayores riquezas de este mundo, incluso siendo perseguidos y odiados a causa de eso. Es muy difícil ver a uno de ellos pobre, pues Dios es Fiel y la Promesa se cumple. Sin embargo, una cosa les está faltando: la paz. Esto se da por la falta de la certeza de la Salvación. Como aquel joven rico que fue a hablar con el Señor Jesús, él tenía todo menos la Salvación.
Por otro lado, el Señor Jesús vino a anunciar y a traer la Salvación para los que Lo aceptan, diciendo: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10
Todo aquel que usa un poquito de inteligencia entiende que la vida en abundancia es tener todo lo que es necesario, ¡incluyendo la Salvación!
Solo que no es esto lo que ha sucedido con la mayoría de los cristianos, evangélicos, protestantes, etc. ¿Por qué?
Porque se dejaron engañar por esa frase babilónica y destructora que dice que “Jesús ama a los pobrecitos”. Claro que Él ama tanto a los pobrecitos como a los ricos. Pero de una cosa estoy seguro: Dios no ama ver a un hijo Suyo pasando hambre, endeudado y avergonzado. Incluso diría que esto es una blasfemia, pues ¿cómo decimos que Dios es nuestro Padre y aceptamos una doctrina como esa? ¿Acaso esta es la vida en abundancia prometida? Parece incluso que Dios es peor que los seres humanos, que quieren lo mejor para sus hijos.
¡Lamentablemente, todo esto sucede porque las religiones han usado el Antiguo y el Nuevo Testamento como si fueran dos Biblias, dos promesas o dos Dioses con características diferentes! Y quien está ganando con esto es el diablo, porque a él le gusta la división.
El día en que los cristianos abran los ojos y comiencen a practicar las mismas obras de Abraham y vivan la fe sacrificial, teniendo a Jesús como Señor y Salvador, entonces sí se cumplirá la promesa de la vida en abundancia.
Ahora podemos entender por qué la Iglesia Universal ha sido calumniada, perseguida y víctima de injusticias en la persona de su líder. Pues esta, edificada y conducida por el Espíritu Santo, no se dejó engañar por estas falsas doctrinas.
Además de eso, la Universal ha mostrado que el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento es Un Solo y Único Dios, y los resultados están a la vista. El actual Templo de Salomón ejemplifica esto.
Sin embargo, la base de todo esto es el sacrificio.
Piense conmigo: Abraham y su descendencia sacrificaron.
Dios sacrificó en la Persona del Señor Jesús.
Y nosotros los cristianos, ¿nos vamos a quedar afuera?
¡No se deje engañar!
El día en que esto cambie, ¡usted va a ver la Grandeza de Dios!
Colaboró: Obispo Victor Silva