El ser humano está formado por el cuerpo, el alma y el espíritu. Esta composición compleja está descripta en la Palabra de Dios, sin embargo, muchos se olvidan de que esos tres elementos están interrelacionados y de que el estado de uno afecta al otro. Por eso, es necesario invertir en los tres de manera equilibrada.
Hay personas que solo se dedican a cuidar el cuerpo y son negligentes con el alma y la mente, lo cual contribuye al desarrollo de problemas espirituales y emocionales. Otros se dedican a los temas referentes a la fe, pero descuidan la salud física. Es necesario recordar que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo (lea 1 Corintios 6:19) y descuidarlo es despreciar y desvalorizar la morada del propio Dios.
Problema grave
El cuerpo humano no se proyectó para descansar durante largos períodos. A lo largo de la historia, el hombre tuvo que moverse para sobrevivir, pero, actualmente, con las facilidades del mundo moderno, no es necesario tanto esfuerzo. La escalera se sustituyó por el ascensor, el caminar por los autos, e incluso la preparación de la comida se sustituyó por dos clics en el Smartphone. Además, el trabajo, los estudios y los momentos de ocio se llevan a cabo, casi siempre, frente a una pantalla o más.
El sedentarismo y el cerebro
Los perjuicios físicos por la falta de actividad física son grandes, pero también los impactos mentales negativos. Según un estudio realizado por la Universidad de McMaster, en Canadá, el sedentarismo aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer, la demencia degenerativa más común que perjudica las áreas del cerebro responsables por la memoria, el lenguaje, el razonamiento, el reconocimiento de estímulos sensoriales y los pensamientos abstractos.
La falta de ejercicio se considera un factor de riesgo ante los trastornos, como la depresión y la ansiedad. También ante la prevalencia del desánimo y de la falta de disposición, que afecta la rutina de una persona e impacta en todas las áreas de su vida, incluso en la espiritual.
Por eso, no espere tener ganas de empezar a ejercitarse, decida hacerse un bien a sí mismo y tome la actitud de cambiar esta situación.
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