“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Juan 12:24
El grano de trigo simboliza al siervo; Dios Padre es el Sembrador y el Dios Hijo fue Su Primicia, el Primer grano de trigo. A partir de ese Primer grano surgieron otros granos (los siervos).
Sin embargo, antes de que el siervo sirva como el grano de trigo, primero tiene que nacer del agua y del Espíritu. No es posible servir a Dios sin antes haber nacido de Dios. Pues, ¿cómo servir a Alguien Invisible y Desconocido? Si eso ya es imposible, ¡imagínese saber Su Voluntad! Quien puede revelar la Voluntad de Dios es solo el Espíritu de Dios.
Por lo tanto, para servirle, primero el siervo tiene que haber sido generado del Espíritu Santo, así como el Señor Jesús fue generado en la virgen María. Solo a partir de entonces el siervo es transformado en semilla de Dios en la Tierra, como el Señor Jesús.
Así, los granos de trigo generados y escogidos por el Dios Espíritu sirven al Dios Hijo en este mundo y son considerados por el SEÑOR como siervos.
Si los siervos no mueren para sí y para el mundo, ¿cómo generarán otros granos?
Verifique si el Señor Jesús no dio los siguientes pasos aquí en la Tierra:
Primero, Él nació del Espíritu Santo. (Mateo 1:18);
Segundo, Él fue bautizado en las aguas y con el Espíritu Santo (Mateo 3:16);
Tercero, fue conducido por el Espíritu Santo al desierto (Mateo 4:1);
Cuarto, vivió para hacer la voluntad de Su Padre, porque fue hecho Siervo (Juan 6:38);
Quinto, murió y consumó la Obra de la Salvación venciendo a la muerte, al mundo y al infierno (Isaías 53 y Juan 19:30);
Sexto, Se sentó a la derecha del Dios Padre (Hebreos 1:3, 12:2) y
Séptimo, envió a Su Espíritu para guiar a Sus discípulos (Hechos 2:1-4).
Quien quiera servir al Señor Jesús tiene que andar en estos pasos, porque solo los desiertos y las tribulaciones preparan a los verdaderos siervos de Dios.