Este es un grabado maorí de una cara tatuada, práctica común de ese pueblo.
Existen muchas pruebas arqueológicas que afirman que en Egipto fueron hechos tatuajes entre los años 4000 y 2000 a.C., y también por los nativos de la Polinesia, Filipinas, Indonesia y Nueva Zelandia (maorí), que se tatuaban en rituales relacionados a la religión.
La pregunta es: ¿tenían algún fundamento bíblico los tatuajes originados y desarrollados por los pueblos paganos? Desde el punto de vista espiritual o histórico, no. Al contrario, la esencia de su inspiración fue y es satánica, ya que contraría a los principios de la fe judaica y cristiana.
Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todas las piedras con figura, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos… Números 33:51-52.
Llama la atención la orden: “destruiréis todas las piedras con figura…” Si Dios mandó a destruir a todas las piedras con figuras, ¿por qué Él permitiría que pudiesen ser grabadas figuras en el cuerpo humano que es el templo de Su Espíritu?
El apóstol Juan vio a los condenados que serán tatuados con cierta marca sobre la mano derecha o sobre la frente. Esa marca será la del nombre de la bestia o la de su número: 666 (Apocalipsis 13:16-18) ¿No es eso un tatuaje?
El cuerpo del siervo del Señor Jesús es el templo del Espíritu Santo. ¿Para qué tatuarlo? ¿Cuál es su beneficio? (1 Corintios 6:19)
Según mi punto de vista, tatuarse es querer parecer igual a los hijos de Baal. Los hijos de Dios jamás deben querer imitarlos, aunque eso contraríe las reglas de este mundo podrido.
¡Además de que, dudo de que alguien sellado con el Espíritu Santo quiera ser tatuado! ¡También dudo de que alguien que fue tatuado antes de ser bautizado con el Espíritu Santo no tenga un profundo arrepentimiento de sus tatuajes! Eso prueba que los tatuajes no combinan con la fe cristiana.