La carie dentaria provoca un problema que puede prevenirse con un buen cepillado
Cuando se habla de endodoncia o de algo familiar, no da miedo. Pero cuando decimos tratamiento de conducto, la mayoría se amedrenta y piensa en el dolor que sentirá en el sillón del dentista. La realidad es que el tratamiento es rápido, en la mayoría de los casos llevan anestesia, pero, al contrario de lo que muchos piensan, es indoloro y no debilita el diente.
La endodoncia, más conocida, como tratamiento de conducto es necesaria cuando la pulpa dentaria se inflama o infecta. La causa más común de esta inflamación o infección es la presencia de una caries profunda que ya ha traspasado las dos capas exteriores (esmalte y dentina) e invadido la pulpa (nervio). La inflamación de la pulpa dentaria también puede ser ocasionada por repetidos tratamientos en una misma pieza dentaria o bien por algún trauma. Si un diente recibe un golpe, puede causar daño a la pulpa y los síntomas pueden aparecer recién años después.
Este daño se puede presentar como un dolor agudo y punzante, después de tomar algo caliente o frío que persiste por más de 10 segundos. En algunas ocasiones no hay síntomas, pero la pulpa dentaria está muerta. En todos estos casos, se requiere una endodoncia. Un tratamiento de conducto es una manera segura y efectiva de salvar un diente dañado, que de otro modo, tendría que ser extraído.
El procedimiento
Luego de aplicar anestesia local y de aislar la pieza dentaria, se procede a hacer una apertura en la corona de la pieza dentaria. A través de este acceso y utilizando instrumentos muy finos, se retira la pulpa dentaria y el tejido infectado y se alisan, lavan y desinfectan los conductos para permitir su relleno.
Esto se realiza con un material biocompatible, generalmente, un elemento similar a la goma llamada gutapercha. La gutapercha se aplica con un cemento adhesivo para asegurar el sellado completo de los conductos radiculares. En la mayoría de los casos, se pone un relleno temporal para obturar la apertura de la corona, el cual será retirado antes de que el diente se restaure apropiadamente.
“La mayoría de los pacientes viene a la consulta cuando ya están con un dolor muy fuerte causado por la inflamación o infección de la pulpa dentaria. Los tratamientos de conducto se realizan para aliviarlos de ese dolor. Con anestesia y las técnicas disponibles hoy en día, el tratamiento de conducto es muy cómodo y generalmente, se realiza en una sesión, dependiendo del nivel de infección. El diente queda un poco adolorido luego de un tratamiento de conducto por algunos días. Esta molestia mínima, se puede aliviar tomando algunos medicamentos”, explican los especialistas.
Después de tantos detalles aun hay quienes se preguntan si existe alguna alternativa a la endodoncia. La realidad es que no existe ninguna alternativa a la Endodoncia, excepto la extracción y dado que esto es un hecho irreversible, siempre recomendamos primero la realización de la endodoncia. Lo ideal es conservar sano el propio diente.
Mito y verdad
Una de las principales preocupaciones del paciente, es el pensamiento de que esto debilitará su diente, pero la realidad es muy diferente. Si el tratamiento se realiza en su totalidad tendrá una pieza restaurada y lista para continuar su función.
El diente que no sea restaurado es susceptible a una fractura, por lo tanto el paciente deberá acudir al odontólogo lo antes posible una vez finalizado el tratamiento de endodoncia, en la semana posterior al tratamiento o, como muy tarde, en quince días.
En pocos casos un diente correctamente restaurado y tratado con endodoncia puede sufrir una fractura al cabo de un tiempo por pérdida de la restauración, caries u otros factores predisponentes, entre los que se encuentra el bruxismo, una patología que vemos cada vez más en la consulta.
Cómo prevenir problemas bucales
Los tipos de prevención se dividen en tres: primaria, secundaria y terciaria
La prevención primaria: implica una nutrición balanceada, una buena vivienda, condiciones de trabajo adecuado, descanso. También incluye medidas para prevenir la aparición o recurrencia de enfermedades específicas como ser la fluoruración de las aguas y la aplicación tópica de fluoruros, el control de placa para prevenir la caries dental y la enfermedad Periodontal.
La prevención secundaria: consta de diagnóstico y tratamiento tempranos. Si se encontraran diagnósticos de enfermedades bucales malignas, este es el momento adecuado para el tratamiento.
La prevención terciaria: Limita el daño. Este nivel incluye medidas que tiene por objeto limitar el grado de daño producido por la enfermedad. Los recubrimientos pulpares y las maniobras endodoncias, la extracción de dientes infectados; y finalmente la rehabilitación. En esta etapa se tomarán medidas como la colocación de prótesis de coronas y puentes, prostodoncia parcial o completa y rehabilitación bucal.
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