La ofrenda desnuda el alma del ofrendante, muestra las verdaderas intenciones y permanece como su testigo delante del Único Eterno Dios. En el Juicio Final, ese testigo servirá para defender o acusar al ofrendante delante del Eterno Juez. Las ofrendas serán testigos del bien o del mal hecho en la Tierra. Es como está escrito:
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. Hebreos 11:4
Este texto muestra que la ofrenda de sacrificio de Abel fue testimonio de su justicia. Su vida de sacrificio, mostrada en la ofrenda, hizo que mereciera la Salvación eterna de su alma. No es en vano que, incluso después de muerto, todavía habla (él continúa vivo).
El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto… Apocalipsis 3:14
El Señor Jesús es el Amén para aquellos que Le han sido el amén (obediencia a Su Palabra);
El Señor Jesús es el Testigo Fiel (Ofrenda Fiel) para los que sacrifican (ofrendan) sus vidas por Él;
Él es el Testigo Fiel y Verdadero del esfuerzo Divino para salvar a la humanidad. Pero solo a los que creen y, por causa de esa fe, se sacrifican como ofrendas vivas en este mundo perverso. Ellos tienen que ser fieles testigos de Su resurrección;
El Señor Jesús es el Principio de la creación de Dios que genera nacidos de Dios y se multiplican.
En la ofrenda, Dios ve la calidad de amor, la dedicación, el temor y, sobre todo, la intención del ofrendante.
Es como un presente dado a alguien. Cuando lo recibe, el homenajeado evalúa, pesa y considera el tipo de amor materializado por el ofrendante. Si el regalo es vulgar o barato, inmediatamente, el homenajeado nota el desdén del ofrendante. Incluso los presentes de los más pobres pueden ser considerados expresivos cuando el homenajeado ve el esfuerzo del ofrendante. Pero cuando el ofrendante tiene condiciones y, aun así, ofrece algo insignificante, es claro que el homenajeado también va a despreciarlo.
La ofrenda a Dios muestra lo que hay en el corazón del ofrendante. No sirve de nada que la persona diga que ama a Dios y su ofrenda pruebe lo contrario. La ofrenda de cada uno es testimonio vivo de lo que hay en el corazón del ofrendante.
Muchos se aproximan al Altísimo solo por interés en lo que Él tiene para ofrecer. No están interesados ni un poco en el compromiso de darle o prestarle obediencia. Solo en resolver sus problemas. La mayoría intenta aproximarse a Él solo para recibir respuestas. Verdaderos ingratos…