Una investigación realizada por científicos británicos y australianos, publicada en la revista Nature Communications, señala que el veneno de cobra puede ayudar a tratar enfermedades como diabetes y cáncer. Los investigadores se embarcaron en el estudio interno de la cobra, para intentar mapear los cambios de aminoácidos involucrados en la evolución de células regulares en el veneno y viceversa; y han logrado comprobar que las cobras son capaces de transformar su propio veneno en moléculas con potencial para producir remedios.
Los científicos realizaron la secuencia del veneno y genes del tejido de cobras y concluyeron que el veneno no sólo evoluciona de células regulares sino que además, puede producir proteínas inofensivas. El investigador australiano Gavin Huttley afirma que esa fue la primera vez que el veneno de las cobras demostró capacidad de volver a tejidos regulares.
“Esto constituye un descubrimiento significativo para el desarrollo de medicamentos y tratar enfermedades como la diabetes y el cáncer. Comprender cómo cambia la molécula del veneno a su forma, puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos”, evalúa el especialista.
Algunos venenos de cobra, por ejemplo, hacen que las células que protegen los vasos sanguíneos se separen y mueran, incluso aquellas que alimentan tumores cancerosos. “Las moléculas de veneno, esas cosas que matan, en realidad son tan solo derivados de proteínas normales. Descubrir cómo funciona eso podrá llevar a tratamientos más eficaces”, afirma el investigador.
El científico describe la glándula del veneno de la cobra como “una pequeña empresa farmacéutica, realizando un gran número de experimentos en escalas evolutivas con nuevas moléculas, para ver si funcionan”. “Esa es una prueba del principio de que, de otra manera, la molécula tóxica puede ser modificada para beneficiar un organismo, sustentando así el interés en explorar su potencial farmacéutico”, concluye Huttley.