Son pequeñas dosis de movimiento, que no implican una rutina severa ni tediosa
¿Mantenerse en buena forma y cuidar la línea sin seguir una rutina estricta de entrenamiento? ¡Está a tu alcance, si tomas conciencia de cómo se mueve tu cuerpo y aprovechas distintas actividades cotidianas para ejercitar los músculos y articulaciones!
Nadie pone en duda las ventajas para la salud física y mental de hacer gimnasia o deporte de manera regular, y la actividad física figura de manera habitual en las recomendaciones médicas que se efectúan para prevenir o mejorar infinidad de dolencias.
Pero la falta de tiempo o de motivación, o el estresante y frenético ritmo de vida que a veces deja algún tiempo para el ocio, hacen que muchas veces acudir al gimnasio se convierta en poco menos que una “misión imposible”.
Para mantenerte a gusto con tu imagen, mejorar tu forma física y aumentar tu consumo de calorías sólo te hace falta dedicar unos treinta minutos a tu cuerpo y prestar atención a cómo lo utilizas, mientras realizas algunas sencillas tareas en tu casa o en el trabajo.
¿Sabías que en una hora puedes gastar 120 calorías cantando, 145 calorías planchando, 150 calorías limpiando los cristales o conduciendo el coche, 165 calorías barriendo los suelos, 180 calorías paseando el perro o ¡1000 calorías subiendo las escaleras?. Hay muchas maneras de quemar energía.
Son pequeñas dosis de movimiento, que no implican una rutina severa ni tediosa, pero que te ayudan a tonificar la musculatura, mantenerte delgada, mejorar tu salud circulatoria y reducir tu grasa corporal, cuyo exceso está en el origen de numerosas enfermedades, desde la diabetes hasta algunos cánceres.