Tal vez usted ya haya visto la escena: un muchacho con un corte de cabello igual al del jugador de fútbol “del momento”. El pequeño hincha es casi una versión en miniatura del crack del césped. Después de todo, él quiere parecerse al “ídolo”. O más: él quiere ser como el “ídolo”, algún día.
Y esa es la impresión que atletas y artistas famosos le transmiten a los miles, o incluso millones de fans: un ejemplo a seguir, una referencia. Sin embargo, ¿cómo saber cuál es la mejor referencia que podemos tener para nuestra vida? ¿En quién debemos reflejarnos?
Si fuéramos a fundamentarnos en la Biblia, vemos que el personaje de David, cuando compuso el capítulo 139 del libro de Salmos, destacó: “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos Te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, Tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste Tu mano.”
El astuto y táctico general rey David muestra, con esas palabras, a Dios como el Único que conoce verdaderamente nuestro interior. Por lo tanto, ¿quién mejor que Él para guiarnos, para ser nuestra referencia? Solamente Él, el Señor.
La imagen de Dios en nuestras vidas
Ese fue el tema tratado durante el evento “No se quede atrás”, del Proyecto IntelliMen, destinado a los hombres que quieren superarse en 2017. La reunión se realizó en el Templo de Salomón, ubicado en San Pablo, Brasil, el pasado sábado 10 de marzo.
“Con el Espíritu de Dios, usted comienza a tener la mente de Dios, usted comienza a tener Sus pensamientos, la visión, el coraje, la osadía y una fe definida que viene del propio Dios. Frente a un desierto, a una dificultad, a una tentación, a un problema que surge, usted no se curvará”, explicó el obispo Rogério Formigoni, que dirigió la reunión.
El obispo añadió que David, antes de que se convirtiera en rey de Israel, derrotó al gigante Goliat, y que esa victoria solo fue posible porque, aunque en la época aparentaba ser solo un muchacho, él estaba revestido de la imagen del Creador. Así es con los hombres, en los días de hoy: si no estamos revestidos de la imagen de Dios, vamos a terminar fracasando.
“Cuando hay ese deseo, esas ganas, ese querer de tener más que todo la imagen de Dios, usted se vuelve capaz de abortar el pecado, de abandonar a la ‘vieja criatura’, de eliminar de su vida todo aquello que está en contra de la voluntad de Dios. Porque, por encima de todo, usted quiere ser transformado en otro hombre”, dijo el disertante. “Una persona sin el Espíritu de Dios está abierto a negociaciones. Yo estaba abierto a negociaciones antes de encontrar al Señor Jesús. Cuando vivía el infierno de los vicios y alguien me decía que ‘tenía una droga más fuerte’, yo concordaba, aceptaba negociaciones. Pero, cuando recibí la imagen de Dios, las negociaciones se terminaron.”
Al final de la reunión, el obispo Formigoni invitó a los participantes a que hagan una autoevaluación sobre la imagen que le han transmitido a la sociedad.
Proyecto IntelliMen
Prepárese para el próximo evento, “No se quede atrás”. Si usted desea convertirse en un hombre aún mejor, participe.
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