Una decepción amorosa fue el principio del fin para la vida de Daiana Lazarte: “Mi principal problema era la depresión que empecé a sufrir después de haber tenido una decepción sentimental. Sufría insomnio y sentía un vacío muy grande en mi interior. Estaba triste y angustiada. Eso provocó que todos los proyectos y objetivos que tenía de a poco fueran desapareciendo, dando lugar a un creciente deseo de suicidarme. Intenté hacerlo en tres oportunidades, la primera a través de la ingesta de pastillas, por lo que me internaron en terapia intensiva por una semana”, recuerda Daiana.
El diagnóstico médico no fue alentador. “Los médicos me dijeron que había sufrido un shock emocional y por eso me indicaron un tratamiento psiquiátrico. Vivía medicada, tuve que dejar de estudiar, de trabajar, de hacer mi vida normal porque dependía de pastillas antidepresivas. No podía salir sola a la calle porque me perdía”, rememora.
Al conocer la Universal, una luz de esperanza brilló sobre Daiana: “Participando de las reuniones y haciendo las cadenas de oración la angustia y la tristeza desaparecieron. Empecé a tener ganas de vivir, pero me faltaba algo, el vacío seguía en mi interior, no lograba llenarlo”, cuenta.
La gran oportunidad de encontrar la felicidad llegó con el Ayuno de Daniel. “Vi a este propósito espiritual como una gran oportunidad para llenar el vacío que sentía. Sabía que la única forma de ser feliz era a través del bautismo con el Espíritu Santo y por eso lo busqué sin medir esfuerzos. Dejé de lado la información secular y el entretenimiento para involucrarme en profundidad con las cosas de Dios. Ayuné, hice oraciones durante la madrugada, usé mi fe y creí en la promesa de Dios. Cuando Lo recibí, fue el mejor día de mi vida, tuve paz, alegría, el vacío desapareció y hoy puedo decir que la felicidad que tengo no es pasajera, sino permanente. No me siento sola, me veo como una mujer realizada porque gracias a Dios superé todas las situaciones difíciles que pasé. Tengo fuerzas para seguir adelante y soy verdaderamente feliz”, finaliza sonriente.
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