El encuentro de las familias hizo posible que miles de personas tuvieran la oportunidad de ver cuan importante es su familia, y cuan es tan fundamental la propia persona para la base de la misma.
No importa si solo ha quedado ruinas, Dios prometió Restaurar, ahora depende de cada persona hacer su parte para que esto sea hecho
Así dice el Señor: «He aquí, restauraré el bienestar de las tiendas de Jacob, y tendré misericordia de sus moradas; será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se asentará como estaba.» Jeremías 30:18
nuestro bienestar no empieza ni en la salud, familia o ecónoma, sino en nuestro interior.
cuando el interior está bien, hace que nosotros podamos Bendecir a nuestros familiares.
¿Un palacio puede ser el más bello, pero si no tiene paz, alegría, unión de que sirve?
Cada persona puede tornarse un Palacio donde habite la Presencia de Dios, y por consiguiente la Paz, Alegría, Unión y todo lo que Dios es, habitará en la propia persona.