Algunas preguntas inquietan más que otras. En la ausencia de respuestas y delante de la desesperación, muchas personas buscan en la muerte el alivio que tanto desean. Ese fue el pensamiento que Sueli Veronesi, de 35 años, nutrió por un tiempo. Ella comenzó a enfrentar varios desafíos aún en la infancia.
Esa etapa quedó marcada por la convivencia con un padre violento y agresivo. Varias veces presenció la violencia del padre hacia su madre. “Pensaba que tenía que morir. Era mejor morir que vivir con un padre así”, menciona.
A los 15 años, decidió irse de la casa para vivir con su tía. Creyó que viviría en un hogar amoroso, pero no fue eso lo que encontró. “Mi relación con ella era muy difícil, sin cariño”, afirma.
No pasó mucho tiempo para que otro problema surgiera: la depresión. “No había un motivo aparente. Yo estaba muy triste, no me gustaba estar sola. Tomaba remedios, no tenía ganas de vivir, de trabajar. Lloraba mucho”, relata.
Y, como si no fueran suficientes esos problemas, surgieron otros. “Nunca fui feliz en la vida sentimental, no funcionaba con nadie. Terminaba el noviazgo sin motivos, no lograba ser feliz. Terminé embarazada, pero mi novio me abandonó. Tuve que criar a mi hija sola”, cuenta.
Lo que ya era difícil, empeoró. “Comencé a tener problemas económicos. El vacío y la desesperación solo aumentaban. Bebía mucho e iba a fiestas para intentar aliviar la tristeza, pero no funcionaba. Como no tenía expectativa de cambio, pensaba que la solución era la muerte”, dice.
Usted puede pensar que lo que sucedió en la vida de Sueli fue una racha de mala suerte. Lo que estaba por detrás de tanto caos, en realidad, era un mal de orden espiritual. Todo pasó a ser diferente cuando ella se liberó.
Ella encontró lo que buscaba
Sueli encontró la respuesta que buscó por tanto tiempo. Aquel vacío sin sentido dio lugar a una nueva historia cuando encontró en la fe la oportunidad de rehacer su trayectoria.
“Comencé a frecuentar las reuniones de la Universal y Dios fue transformado mis pensamientos. La depresión y el deseo de suicidio fueron las primeras cosas que pude vencer”, detalla. Ella cuenta que en la Universal recibió ayuda espiritual para seguir adelante. “Yo obedecía los consejos que recibía y eso me ayudó a sacar de mi vida lo que me hacía mal. Entendí que la muerte no era la solución y comencé a querer vivir. Aprendí a relacionarme conmigo misma y con las personas también. Hoy soy otra Sueli”, finaliza.
¿Está pasando por problemas espirituales? Sepa cómo liberarse de ellos participando todos los viernes a las 8, 10, 16 y 20h en la Reunión de liberación, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070, o ingrese aquí y encuentre la iglesia más cercana a usted.
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