Seguramente usted lo recuerda. Ardi Rizal es un indonesio que, a los dos años de edad, se hizo mundialmente famoso por fumar más de 40 cigarrillos por día. Sus padres afirmaron que por estar mucho tiempo solo en casa, el niño adquirió la grave adicción. Cuando no podía fumar, Ardi gritaba, insultaba, golpeaba al que estuviera cerca, se sentía mal y se desmayaba, todos los síntomas que un adulto tiene cuando sufre de abstinencia, acentuados por tratarse de un bebé que ni siquiera sabía lo que estaba haciendo.
Han pasado 8 años desde que la imagen de Ardi fumando recorrió el mundo, y han sucedido muchas cosas desde entonces. Cuando tenía 5 años de edad, un documental reveló que Ardi había cambiado el vicio del tabaco por la adicción a la comida.
Diane Rizal, su madre, afirmaba que el niño era más agresivo exigiendo comida que cuando quería tabaco. Su peso era casi 10 kilos por encima del ideal para su edad.
Sin embargo, como usted puede ver en la foto de al lado, hoy, Ardi está recuperándose, sin los vicios del pasado. Él fue capaz de cambiar su vida y mejorar considerablemente su salud.
Y usted, ¿por qué no?
Ardi, a los 2 años de edad, estaba perdido en el vicio. Si él pudo recuperarse sin entender totalmente lo que le estaba sucediendo, ¿por qué usted no podría?
“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” (Isaías 40:29)
La Biblia enseña que aquel que se entrega al Señor Jesús es capaz de renovar sus fuerzas, independientemente de cuán débil se encuentre para luchar en contra de cualquier adversario, aunque este sea un vicio.
La irlandesa Leanne Nolan también se convirtió en una adicta desde muy joven. A los 15 años de edad, le diagnosticaron depresión y comenzó a abusar de los fuertes medicamentos. “Desde entonces también me volví adicta al cigarrillo y, en medio de ese vacío, tenía ganas de morir”, cuenta.
Con dos vicios graves, Leanne corría el riesgo de perder la vida. Sus problemas físicos y espirituales empeoraban cada día y solamente un lugar fue capaz de ofrecerle ayuda.
“Comencé a participar de las Reuniones de Liberación de la Universal y a involucrarme con las cosas de Dios en el grupo de la Fuerza Joven. En poco tiempo tuve un encuentro con Dios y fui bautizada en el Espíritu Santo. Me convertí en una verdadera mujer.”
Hoy, Leanne es una joven feliz, realizada y llena de proyectos, y así como ella, usted también puede recuperarse de cualquier vicio que le esté impidiendo ser feliz. ¿Quiere saber cómo?
Participe del Tratamiento para la Cura de los Vicios en la Universal.
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