De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la epilepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta a personas de todas las edades. En todo el mundo, la sufren alrededor de 50 millones de personas, de las cuales 400 mil viven en Argentina.
Una de las principales características de la epilepsia son las convulsiones, episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo o a su totalidad. A veces están acompañadas de pérdida de la consciencia. Los episodios de convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales. Las descargas pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia también puede variar desde menos de una al año hasta varias al día. En los adultos, solo el 30% de las crisis epilépticas se manifiesta con convulsiones. En el 70% restante, las crisis más frecuentes son las ausencias, episodios en los que se quedan con la mirada fija y no responden.
Causas
El tipo más frecuente de epilepsia, que afecta a 6 de cada 10 personas, es la epilepsia idiopática, es decir, la que no tiene una causa identificable. La epilepsia con causas conocidas se denomina epilepsia secundaria o sintomática. Dichas causas pueden consistir en daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales (por ejemplo, asfixia o traumatismos durante el parto, bajo peso al nacer); malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones cerebrales asociadas; un traumatismo craneoencefálico grave; un accidente cerebrovascular que limita la llegada de oxígeno al cerebro; infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis o la neurocisticercosis; algunos síndromes genéticos; o tumores cerebrales.
“Me tenían que agarrar entre cuatro personas”
Laura Carabajal, de 43 años, recuerda que empezó a sufrir ataques epilépticos a los 19 años de edad: “Practicando deportes me caí y me golpeé la cabeza. Una semana después empecé a convulsionar a diario”, recuerda esta mujer que llegó a sufrir entre 4 y 5 episodios al día, “me tenían que dominar entre 4 o 5 personas, era tremendo”, afirma.
A Laura la medicaban cada vez que tenía un ataque y hasta la internaron para hacerle estudios, pero siguió convulsionando durante seis años, hasta que su cuñado la invitó a la Universal, donde encontró la solución para su problema. “Empecé a hacer las cadenas de oración por mi sanidad y liberación. Haciendo propósitos y votos con Dios logré mi sanidad. Hace 18 años que no sufro más ataques y soy una mujer feliz”.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
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