Una de las quejas más comunes, especialmente de las mujeres, es la eterna pelea con la balanza. Pero la pregunta es: ¿usted está haciendo todo lo correcto, como mandan las instrucciones? Quejarse solamente, no resolverá el problema.
La doctora endocrinóloga Andressa Heimbecher, aclara una serie de detalles que, según ella, son imprescindibles para el proceso de bajar de peso.
Uno de ellos es, que quien no practica ejercicios con frecuencia no puede lamentar el exceso de peso o la dificultad para perderlo.
“Nuestro peso es el resultado de las calorías que ingerimos, menos las que gastamos. Es como si fuera un automóvil, las calorías son el combustible y, el auto en ‘movimiento’, gastará ese combustible. Por lo tanto, para que perdamos peso, es necesario tener un balance energético negativo, es decir, gastar más calorías de las que consumimos”, aclara.
Otros factores destacados por la médica se relacionan al exceso de estrés y al trabajo. Ella explica que, por el cambio de rutina, ocurre un desajuste en el reloj biológico, conocido como el “jet lag social”.
“Esto sucede cuando una persona duerme pocas horas durante la semana y trata de compensarlas durmiendo ‘más’ los fines de semana, además de llevar una vida con exceso de actividades. El resultado es un desajuste en el ciclo cicardiano (nuestro reloj biológico), lo que puede causar mayores riesgos de desarrollar diabetes y depresión”, advierte.
Otro agravante, afirma Andressa, es que la persona viva basada en las dietas que están de moda. “Cada año surge una nueva que promete la pérdida de peso en poco tiempo, pero seamos sinceros, ¿quién nunca pensó en seguir una dieta radical para perder peso de forma rápida? Sin embargo, ese no es el mejor camino y puede traerle graves consecuencias a la salud”, señala, dejando en claro, que lo más importante en este proceso es entender la diferencia entre perder peso y adelgazar.
“Adelgazar es lograr reducir el porcentaje y la cantidad de grasa en nuestro organismo. Pero, cuando las agujas de la balanza caen, tres son las cosas que pueden estar sucediendo: usted está perdiendo grasa, músculos o solo líquidos”, resalta.
“Lo ideal es que, al realizar una dieta, podamos perder algunos kilos de grasa, resguardando la masa muscular para mejorar el metabolismo. Para eso, lo correcto es, además de corregir la alimentación, no olvidarse de practicar ejercicios físicos para estimular los músculos”, aconseja la profesional.
Ella concluye aconsejándoles a todos: “La reeducación alimentaria siempre debe estar en primer lugar. Aunque la pérdida de peso sea más lenta que con las dietas radicales, el cambio de hábitos junto a la disminución del consumo de alimentos altamente calóricos (pastas, gaseosas y azúcares refinados) produce beneficios al organismo en general. Una alimentación equilibrada evita el desarrollo de cuadros de anemia y desnutrición, regula la inmunidad y previene la aparición de enfermedades como la diabetes, el colesterol y la presión alta. La salud y el bienestar no deben ser puestos en riesgo. Piense en esto.”
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