Por primera vez, se realizó el evento «Todo Nuevo», el 15 de septiembre, en el Estadio Mary Terán de Weiss, en Parque Roca, Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de que las personas obtuvieran, a través de la fe, una vida distinta.
El obispo Julio Freitas inició la reunión determinando la transformación de las familias y de los invitados. Además, mostró casos verídicos de personas que usaron el aceite consagrado y obtuvieron respuestas en las áreas de la salud, la familia y la economía.
Por otro lado, realizó un desafío para mostrar que los milagros que Jesús hizo en el pasado aún se manifiestan en la actualidad en la vida de los que creen porque, como dice Apocalipsis 21:5,
«… He aquí, Yo hago nuevas todas las cosas…».
El libro de Ezequiel fue el elegido para enseñar cómo obtener un corazón nuevo y una mente renovada, a través de los cuales es posible alcanzar la Salvación.
«Además, os daré un corazón nuevo…». Ezequiel 36:26
A pesar de la vida bendecida que una persona pueda tener, el verdadero cambio, el «todo nuevo», solo sucederá cuando haya una transformación interior, cuando el corazón de piedra —petrificado por la soberbia, la duda, la ingratitud, el egoísmo o el rencor, entre otros sentimientos malignos— sea cambiado por uno de carne.
Tal vez, la persona diga que no puede perdonar o dejar de ser egoísta porque no lo siente, pero el corazón fue creado para sentir y no para tomar decisiones. Por eso, muchas personas preparadas y capacitadas fracasaron a raíz de las consecuencias de las malas decisiones que tomaron al usar el sentimiento y dejarse llevar por el corazón.
«… y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros…». Ezequiel 36:26
Todo lo contrario sucede cuando usamos la razón y ponemos en práctica lo que el intelecto nos muestra.
¿Qué es el espíritu? Es la razón, la inteligencia y el intelecto. ¿Y un espíritu nuevo? Es una mente renovada. Es cuando tenemos una fuerza que no nos permite aceptar los pensamientos malos y negativos, tampoco las palabras que están en contra de la de Dios. Respetamos las palabras de nuestros familiares, profesionales e incluso amigos, pero, por sobre todas esas, tenemos la Palabra de Dios.
Por eso, no importa cuál sea tu pasado, tenés que alinear tus pensamientos a los de Dios, porque Él prometió darte un nuevo corazón y poner en tu interior un espíritu nuevo.
«… quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne». Ezequiel 36:26
En otras palabras, Dios te quita el corazón petrificado y te da uno humilde, bondadoso, sincero y despojado de lo material, de tus pensamientos, sentimientos y deseos.
Dios quiere materializar esta promesa en tu vida para que disfrutes de la felicidad que viene de adentro hacia afuera.
«Pondré dentro de vosotros Mi Espíritu y haré que andéis en Mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente Mis ordenanzas». Ezequiel 36:27
Esta es la mayor promesa que podés recibir. Es mucho más que la salud restaurada, la vida económica exitosa o el estatus social, porque el mayor éxito es ser el templo del Espíritu de Dios, del Espíritu Santo.
Cuando este Espíritu entra en tu interior, dejás de ser criatura y pasás a ser un hijo de Dios, y es Él el que, cuando pases por pérdidas, te fortalecerá, te sostendrá y, sobre todo, te dará la certeza de tu Salvación.
Para que la promesa de Ezequiel 36 se materialice en vos, tenés que decidir perdonar a quien te lastimó y aceptar los estatutos de Dios en tu vida, dejar de excusarte y tomar la decisión de hacer lo correcto. De esta manera, todo en tu vida será nuevo.
Joel tuvo la oportunidad de contar su testimonio de sanidad durante el evento:
«Me habían diagnosticado cáncer terminal en los intestinos. Todo lo que comía me caía mal, vomitaba incluso el agua. Llegué a pesar 32 kilos. El cáncer hizo metástasis en el hígado y los médicos dijeron que la enfermedad se estaba esparciendo. Me desahuciaron y me mandaron a mi casa. Sin embargo, mi mamá usó la fe, llevó un algodón con el Aceite Consagrado y me ungió. Al día siguiente, me pude levantar y fui a la iglesia. Dios hizo el milagro en mi vida, me recuperé, ya peso 61 kilos y estoy sano».
Experiencias del evento TODO NUEVO
Fiama: «Vinimos en familia para renovar fuerzas y recibir la dirección de Dios. Todos tenemos problemas, por eso necesitamos a Dios para seguir adelante. Aunque hoy la situación parezca difícil, va a cambiar. Es una promesa y se va a cumplir.
Me llevo el mensaje de que Dios está con nosotros en todo momento y nos fortalece aun en medio de las dificultades. Cualquier cosa que Le pidamos, Él lo va a cambiar, va a hacer todo nuevo».
Claudio: «Vine con muchas expectativas y me voy satisfecho porque fueron superadas. Fue un evento maravilloso y enriquecedor. Me voy fortalecido y con ganas de contarle al mundo lo que viví.
Todos los momentos fueron especiales, pero el de los testimonios me marcó. Escuchar la historia del muchacho que se curó de cáncer nos demuestra que para Dios no hay nada imposible. Cuando uno utiliza la fe, todo es posible, la victoria está asegurada».
Rafael: «Vine temprano con mi familia para recibir la bendición y fortalecernos espiritualmente. Me parece importante que la gente invite a sus allegados a este tipo de encuentros para que ellos también puedan recibir un cambio de vida».
Stella Maris: «Esta reunión me ayudó mucho, me voy muy alegre porque dejé los rencores que tenía, que me estaban haciendo mal. También entregué mis preocupaciones a Dios. Salgo con fortaleza para vencer los problemas».
La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio, como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.