Lo que iba a ser un momento de diversión terminó convirtiéndose en una pesadilla que ya está por cumplir un año. A fines del 2013, después de un accidente mientras esquiaba, el campeón de Fórmula 1, Michael Schumacher, de 45 años, fue internado y permaneció en coma seis meses. Hace dos meses, los médicos le permitieron continuar el tratamiento en su casa, pero la recuperación del piloto es lenta, lo que preocupa. La expectativa de amigos, familiares y fans es que en cualquier momento surja una buena noticia. Sin embargo, la opinión de Gary Harstein, uno de los médicos que componen el equipo que viene cuidando la salud de Schumacher, es que el mundo debe prepararse para despedirse del astro del automovilismo. Pero ¿acaso es posible transformar situaciones que humanamente hablando ya se consideran irreversibles?
“¿Usted no es pastor?”
En la madrugada del 8 de julio de 2012, el pastor Clenilson Lima, de 32 años, después de haber hecho un programa de radio en vivo, regresaba a su casa en auto, junto a otros pastores. Después de tomar por una calle estrecha, con una inclinación muy acentuada y con gran dificultad en la visibilidad, tanto para él como para el conductor del otro auto, se produjo un accidente. “Fui sorprendido por un vehículo que venía en mi dirección”, recuerda Clenilson.
Rose Lima, de 29 años, esposa del pastor Clenilson, recuerda el momento en el que recibió la noticia del accidente. “Por increíble que parezca, no tuve ninguna reacción de preocupación ni desesperación. Me mantuve en pensamiento de oración.”
Después de tres días en coma, el pastor recuerda el susto que tuvo al despertarse. “Cuando me desperté fue un shock para mí, ya que desperté atado a una cama de Terapia Intensiva. Me asusté tanto que mi primera reacción fue desatarme, sacarme los aparatos del cuerpo e intentar levantarme. Fue entonces cuando me di cuenta de mi estado real: la mitad de mi cuerpo estaba inmóvil.”
Su estado de salud era delicado. Los médicos le decían al padre del pastor que corría un serio riesgo de vida. Perdió mucha sangre, tuvo fracturas en el hombro, en el brazo y en la pierna izquierda, además de la pérdida de los movimientos faciales. No lograba cerrar los ojos, hablar ni oír bien.
Hasta que un día oyó algo que despertó su indignación que lo condujo a reaccionar contra toda aquella situación. Durante una visita, el médico del hospital cuestionó el porqué de la demora en lograr alimentarse y le preguntó: “¿Usted no es pastor?”
“Al oírlo, surgió una indignación muy grande en mi interior. Mi espíritu se despertó y comencé a empujarme la comida en la boca. No acepté quedarme inmovilizado en una cama.”
El tiempo previsto para la recuperación total era un promedio de 2 años. Sin embargo, con mucha fe y determinación solo duró siete meses e inmediatamente después el pastor Clenilson estaba totalmente restablecido y predicando en el Altar. “Quien ve los exámenes, se da cuenta que soy fruto de un milagro. Hoy puedo evangelizar, correr e incluso jugar al fútbol normalmente”, comenta.
Y para los que viven ese drama, afirma: “Todo tiene solución, pues lo imposible para los hombres es posible para Dios”.
Cadena de las manos tomadas
Miércoles 20h – En el Nombre del Padre, el Padre enseña.
Viernes 20h – En el Nombre del Hijo, el Hijo libera.
Domingo 9:30h – En el Nombre del Espíritu Santo, que es Poder.
En la Universal principal ubicada en Av. Corrientes 4070 – Almagro
Encuentre una iglesia más cercana a su domicilio ingresando en http://universal.org.ar/direcciones/
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